Investigadores de la Universidad de Utah encuentran que la música puede calmar el dolor con efectos similares (¿mejores?) a los de los analgésicos.
Por mucho tiempo se ha discutido el efecto de la música en la salud corporal, no solo en sus evidentes consecuencias psicológicas —la música puede lo mismo relajar que crispar los nervios— sino en aspectos mucho más fisiológicos equiparables a los que busca la medicación farmacéutica.
Estos resultados se complementan con los de un estudio sueco de 2009 en que se mostró que niños expuestos a terapia musical después de una cirugía menor requirieron cantidades menores de morfina en comparación con aquellos que no contaron con este tratamiento.
Lo que queda por analizar, sin embargo, es el efecto de esta terapia alternativa, pues hay quienes aseguran que el impacto de la música sobre el dolor no es suficiente como para convertirse en sucedáneo de medicamentos analgésicos. Sea como fuere, sin duda vale la pena experimentar en carne propia y la próxima ocasión que sobrevenga algún tipo de dolor físico, correr no a la farmacia o al botiquín, sino a un reproductor de sonido y elegir una pieza que, según el gusto personal y el conocimiento que de sí tenga cada quien, parezca más apropiada para aliviar nuestros dolores.
Fuente: Pijamasurf
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