Gracias a esta dieta es posible bajar entre 400 y 800 gramos por día durante la primera semana, pasando a un ritmo más lento en la siguiente: uno o dos kilos en siete días.
El consumo de grandes cantidades de proteínas hace que se movilicen los depósitos de grasa y activa la liberación de una serie de sustancias llamadas cetónicos, que estimulan al sistema nervioso e inhiben el apetito.
De ahí que se ideara un régimen alimenticio que aprovechara esta cualidad, conocido como dieta de las proteínas. Incluye carne vacuna, pescado, huevos, crustáceos, mariscos y aves, así como requesón, queso fresco, leche y soja. Ya que busca disminuir los niveles de grasa, la única carne que suprime es la de cerdo y sus derivados.
Como fuente de energía (hidratos de carbono) se consumen verduras frescas o cocidas de hoja ancha: acelgas —sin tallo—, berros, repollo o coles, espinacas o lechuga, una o dos porciones diarias. Los vegetales crudos deben servirse en raciones aproximadas de dos tazas, y de las cocidas, con una es suficiente. Para sazonar una ensalada, hágalo con un máximo de dos cucharadas de aceite de oliva.
Los alimentos se prepararán a la plancha, hervidos o al horno, en tanto que la condimentación no presenta ninguna limitante. Si hay problemas de mal aliento, éste se erradica con facilidad masticando una hoja de menta o perejil, u otras que contengan clorofila (todas las que son verdes).
No hay que dejar de comer, ni matarse de hambre, hay que aprender a comer con moderación.
¿Por qué las proteínas?
Porque los alimentos que las contienen no pueden ser almacenados y las que no le sirven al organismo son eliminadas.
Además, las dietas ricas en proteínas tienen 4Kcal./gramos, como los glúcidos (que sí pueden ser almacenados), contra los 9kcal./gramos de los lípidos, que se almacenan fácilmente.
El 25 por ciento de los prótidos se queman inmediatamente después de la ingestión, contra el 3 por ciento de las grasas.
Es decir, el organismo requiere de mucha energía para asimilar las proteínas, éstas crean una sensación de saciedad y calma el hambre por varias horas.
En las dietas ricas en proteínas pierdes materia grasa y conservas musculatura, esto nos dice que la masa muscular necesita de más energía para mantenerla que la grasa.
Esto hace que tu organismo trabaje más rápido; cuanto más masa muscular haya más energía se quema, incluso durmiendo, y se consigue mantener el peso o adelgazar.
Cuando hacemos dieta y suprimimos el azúcar, el organismo recurre a la reserva de glucógeno que se encuentra en el hígado y cuando esta reserva se agota, recurre a las grasas del cuerpo.
Al consumir más proteínas y menos azúcares el organismo recurre a sus reservas de grasa, en este proceso se genera una sustancia cuyo efecto es el de cortar el hambre y además son euforizantes de forma natural.
Consejos para adelgazar
No abuses de los cereales, legumbres, frutas y feculantes, es decir los glúcidos.
No te saltes ninguna comida.
Evita los dulces como los caramelos, los lácteos con azúcar, mermelada, miel, azúcar y todo lo que la contenga.
Bebe mucha agua, puede ser también té, café, pero sin azúcar.
Condimenta tus alimentos con sal, pimienta, ajo, cebolla, vinagre, mostaza, limón. Puedes consumir dos cucharadas de aceite de oliva al día.
Consume las verduras antes citadas.
Cocina tus alimentos al vapor, horneados, asados, cocidos, sin materia grasa.
Consume el queso blanco en el desayuno o merienda.
Evita comer algo dulce, como los caramelos.
Si comiste mucho en un compromiso social, sin bajar tus proteínas, al día siguiente come menos; evita abusar de la comida y no tomes alcohol.
Dieta modelo
Desayuno:
Café o té con leche descremada. Si tiene más hambre puede comer una rebanada de queso fresco o un huevo cocido.
Media mañana:
Yogurt descremado o una ración pequeña de queso con jamón o pavo. Té.
Comida:
Un plato de caldo de pollo, carne o pescado con verduras.
Carne de un solo tipo, sea vacuno, pescado, crustáceos o mariscos. No están limitadas las cantidades, pero como referencia puede establecerse la medida de dos filetes de carne.
Té o taza de café.
Merienda:
Té. Si tiene más hambre, coma un poco de queso fresco.
Cena:
Un plato de sopa de verduras o ensalada.
Elija entre pescado a la plancha, queso fresco, huevo o jamón de pavo.
Antes de dormir puede tomar un té relajante (tilo, manzanilla o boldo).
Recomendaciones:
Esta dieta no deben hacerla personas con problemas en riñones, hipertensión arterial, altos niveles de colesterol o ácido úrico en la sangre. Quedan también excluidas las personas con diabetes, las que presentan alteraciones mentales y embarazadas. La mujer posmenopáusica puede hacerla, sin olvidar la administración de suplementos de calcio.
Mientras realiza la dieta deberá practicar algún ejercicio al menos dos veces por semana, y tomar 2 litros y medio de agua al día, independientemente de la que bebe durante las comidas.
Evite dulces, chocolate y harinas (tortilla, pasta, pan) así como refrescos y tabaco.
Si desea seguir la dieta, necesitará la asesoría de un nutricionista o nutriólogo para que controle su desarrollo y le ofrezca variedad en los alimentos que ingiera, así como para que le recomiende los suplementos alimenticios más adecuados.
Es bueno saber que un exceso de proteínas en el cuerpo es dañino para la salud, como esas dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas. Saludos.
ResponderEliminar