La Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), señala a
propósito de la celebración de la semana por la Soberanía Alimentaria,
que a pesar de que España es el principal país europeo en superficie de
producción ecológica, la autorización de variedades comerciales de maíz
transgénico hace ya mas de doce años, está haciendo estragos en la
producción de maíz ecológico al que ha puesto en serio peligro de
desaparición en diversas comunidades autónomas por el alto riesgo de
contaminación que tiene el maíz ecológico a través de la polinización
cruzada del polen de maíz transgénico .
Los agricultores ecológicos, al
desconocer si sus vecinos lo van a cultivar, y ante los numerosos casos
en Aragón y Cataluña de contaminación y descalificación como maíz
ecológico dejan de sembrarlo, ya que aunque legalmente los agricultores
que utilizan maíz OGM están obligados a declarar su cultivo, en la
práctica esto no se hace.
Ante la escasez de maíz ecológico en España, las fábricas de pienso
ecológico, deben recurrir a su compra en Francia o Italia, lo que
encarece el coste de los piensos y concentrados.
Además de este
problema, la presencia de transgénicos está limitando también la
producción de miel ecológica en España, y provoca una sensible reducción
del número de colmenas ecológicas.
Los agricultores y elaboradores ecológicos se han visto obligados a
adoptar medidas de protección para evitar la contaminación en la cadena
de producción y comercialización y transporte, algo que ha supuesto un
sensible incremento en los costes de producción, en especial para los
piensos ecológicos, que hacen también peligrar la ganadería ecológica.
Se han realizado diversas valoraciones de sus impactos económicos,
pero estos no han sido reconocidos ni por las autoridades competentes,
ni por las empresas propietarias de los transgénicos que ni siquiera han
querido investigar los casos de contaminación de la producción
ecológica que se han conocido, acaecidos en nuestro país.
Estos son algunos de los impactos negativos de los transgénicos en la
agricultura ecológica. Una de las conclusiones principales a las que se
llegó en las Jornadas Científicas Internacionales sobre Transgénicos
que se realizaron en noviembre del año pasado en Madrid en las que
participaron integrantes de SEAE, es que el cultivo de los transgénicos
al aire libre supone un grave peligro para la salud y el medio ambiente,
y es muy distinto con el empleo de esta tecnología en laboratorio, en
ambientes confinados, como su uso con fines médicos.
En ese evento se
señaló que los mecanismos de evaluación de riesgo previos a la
liberación de un transgénico no están diseñados para proteger ni la
salud, ni el medio ambiente. Además se confirmó que los microorganismos
del suelo también son víctimas de los cultivos transgénicos, y por lo
tanto la fertilidad de nuestros suelos y nuestra alimentación están en
juego.
España sigue siendo el único país de la UE que cultiva transgénicos a
gran escala. Durante las últimas legislaturas, los Gobiernos han
ignorado sistemáticamente los argumentos ambientales, sanitarios,
económicos y sociales que han llevado a ocho países europeos entre ellos
Francia, Alemania, Suiza o Hungría a prohibir el cultivo del maíz
transgénico que se cultiva en España.
Por ello, es necesario adoptar medidas que permitan el cultivo
ecológico de maíz e impidan su contaminación. En las condiciones de
nuestro país esto significa impedir la siembra y comercialización de
transgénicos, como ya han hecho ocho países europeos, hasta que no se
garantice la imposibilidad de contaminación al cultivo ecológico o a los
piensos ecológicos
La producción ecológica está regulada en la UE por un reglamento
europeo (Reg UE 834/20079, y excluye el uso de transgénicos en su
producción y/o elaboración, por los riesgos que entrañan, que
obstaculizan alcanzar los objetivos que persigue dicha producción entre
ellos, a) asegurar un sistema viable de gestión agrario que respete los
sistemas y los ciclos naturales y preserve y mejore la salud del suelo,
el agua, las plantas y los animales y el equilibrio entre ellos,
contribuya a alcanzar un alto grado de biodiversidad, b) obtener
productos de alta calidad;
c) obtener una amplia variedad de alimentos y otros productos agrícolas que respondan a la demanda de los consumidores de productos obtenidos mediante procesos que no dañen el medio ambiente, la salud humana, la salud y el bienestar de los animales ni la salud de las plantas.
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