El restaurante que prohíbe a sus clientes conversar se ha convertido de inmediato en uno de los lugares más populares de Nueva York, según informa 'The Times'. A pesar de su rígido reglamento, los neoyorquinos recibieron la idea con mucho entusiasmo.
El restaurante Eat (comer en inglés) se inauguró hace un mes en un barrio de moda de la metrópolis estadounidense.
Sus huéspedes tienen que guardar silencio absoluto: no pueden ni hablar entre sí, ni atender a sus teléfonos. Los que violan esta regla son obligados a terminar sus platos en los bancos situados fuera del local.
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