La cafeína es una de las sustancias psicoestimulantes más poderosas y adictivas. Se sabe que actúa como un excitante, que estimula el sistema nervioso, aumenta el estado de vigilia y la capacidad para realizar esfuerzos físicos.
No debes tomar más de cinco tazas al día, dos si estás embarazada.
Además acelera el ritmo cardíaco, tiene un efecto vasocostrictor a nivel cerebral, alivia la fatiga, retrasa el cansancio y favorece las funciones intelectuales y la digestión.
Hasta ahora todo son ventajas, ¿verdad? Así que no hay motivo para preocuparse... o quizás sí. Según los expertos el problema no está tanto en la cafeína en sí sino en su procedencia y en la cantidad que tomamos.
El café contiene cafeína en cantidades mínimas y de forma natural. Aún así hay un límite tolerable marcado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA en inglés), que ha recomendado limitar el consumo diario de cafeína hasta 400 miligramos, equivalente a unos cinco cafés.
Asimismo, advierte de que, en caso de que la cafeína se ingiera en combinación con algún tipo de bebida energética o alcohol, el límite recomendado se revisa a la baja y se fija en 200 miligramos por día.
Según los cálculos de la EFSA, un café espresso y una bebida energética contienen una media de 80 miligramos de cafeína, mientras que el café americano sube a 90 y un refresco de cola apenas tiene 40.
Un té negro tiene 50 miligramos de cafeína y una tableta de chocolate, 30.
En el caso de mujeres embarazadas o en periodo lactante, la EFSA considera que el consumo habitual debe de ser de un máximo de 200 miligramos diarios, es decir, la cafeína que se encuentra en unos tres espresso o cuatro tés. ¡Y ya es bastante!
El problema surge cuando se combinan alimentos y bebidas, porque en los refrescos y las bebidas energéticas se añaden cantidades considerables de cafeína que pueden provocar adicción, según han demostrado diversos estudios, a pesar de que no es necesario ni para dar sabor ni para conservar el producto.
Aunque la principal fuente de cafeína es el café, hay otros alimentos que contienen esta sustancia, y debes tenerlos en cuenta para no sobrepasar los límites.
Además de los refrescos y las bebidas energéticas, encontrarás altas dosis de cafeína en el cacao, el helado y los dulces. Pero también, por increíble que parezca, en medicinas y cosméticos.
Así que es fácil que a lo largo del día vayas sumando mg y acabes superando las cantidades recomendadas. ¿Qué puede pasarte si te extralimitas? Hay indicios de que un consumo elevado puede provocar enfermedad cardiovascular y problemas relacionados con el sistema nervioso central.
Por ejemplo, taquicardias, tensión alta, úlceras gástricas, colitis, temblores musculares, inquietud, interrupción del sueño y ansiedad.
Por Monica De Haro
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