La felicidad más que un estado en el que entraremos una vez que hemos logrado todas nuestras metas, es un estado de bienestar emocional, físico y mental.
Somos seres complejos formados por elementos muy simples, por lo cual es fácil pasar por alto las cosas más pequeñas que damos por sentado en nuestras vidas.
Cuando uno se forma un hábito tiene un impacto en nuestra vida cotidiana, lo cual inevitablemente influye en nuestro funcionamiento psicológico interno y en nuestra relación con los demás.
1. Rodéate de gente alegre y positiva
Somos seres sociales con empatía, un mecanismo que en la naturaleza nos permite sentir lo que está sintiendo el otro, lo cual nos permite entender sus emociones y lograr una reciprocidad que beneficia a ambos a largo plazo. La empatía logra contagiarnos el estado de humor de una persona positiva, así que tener amigos así y pasar tiempo con ellos mejorará nuestro humor.
Un estudio realizado por BMJ Group dice que la felicidad del ser humano depende considerablemente de la felicidad nuestros semejantes, pudiendo ser inclusive, un fenómeno colectivo.
2. Haz algún tipo de ejercicio
Un Estudio realizado por Daniel Lenders, de la Universidad Estatal de Arizona, concluye que hacer ejercicio da mejores resultados que la relajación para episodios de ansiedad. Esto logra bajar la tensión en casos de estrés y relajar el cuerpo, debido a la variedad de endorfinas que están relacionadas con el sistema límbico del cerebro, su función es recompensarnos con una sensación placentera.
3. Desayuna a diario
Muchas personas se saltan esta parte de la comida debido a la falta de tiempo o porque creen que esto les ayuda a bajar de peso, la realidad es que el cuerpo se encuentra en estado de estrés por las mañanas, ya que ha pasado varias horas sin ingerir alimento y un desayuno saludable puede ayudar a mejorar tu humor más de lo que piensas.
4. Escucha música
Escuchar música tiene un efecto directo sobre nuestro sistema límbico, el centro de nuestras emociones. Escuchar música que sea de tu agrado con frecuencia logrará que te sientas mejor.
5. Trata de hacer algo nuevo cada día
Aprende algo nuevo sobre lo que te gusta, atrévete a enfrentar retos en los que temes fallar, habla con personas con las que usualmente nunca hablarías, la novedad puede hacerte crecer como persona.
6. Sonríe
Según un estudio de Academy of Management Journal, sonreír mientras se tiene un pensamiento positivo aumenta la sensación de bienestar. Incluso cuando no tenemos ganas de sonreír esta actividad es capaz de engañar al cerebro para pensar que no se siente tan triste o enojado como creía estarlo.
Según la programación neurolingüística, nuestras acciones puede programar a nuestro cerebro a cambiar ideas o emociones negativas sobre nosotros mismos.
7. Valora las cosas pequeñas
Si te la pasas pensando en todas aquellas cosas que te tienen que pasar para que seas feliz, nunca te vas a detener a apreciar lo que tienes. Es fácil dar por sentado cosas que hemos tenido desde hace tiempo, cariño, comida o una mascota y no nos ponemos a pensar en qué pasaría si mañana a esta misma hora nuestras comodidades y personas favoritas desaparecieran, disfruta cada día de eso como si fuera el primero.
8. Ayuda a los demás
De vez en cuando ayudar a una persona puede mejorar nuestra autoestima y desde luego traernos nuevas amistades y con ello un círculo afectivo en expansión, tener gente a la que apoyas puede hacerte sentir mejor de lo que crees. Puedes creer que eres tú quien necesita ayuda, pero puedes ayudarte cuando ayudas a otros.
¿Puede cambiar la felicidad nuestro código genético?
La felicidad, además de provocar sensaciones muy agradables y por tanto deseadas, también parece influir positivamente sobre nuestro código genético.
Un estudio reciente ha examinado el patrón de funcionamiento de una variedad de genes dentro de las células responsables de la lucha contra las infecciones y la defensa del organismo contra cuerpos extraños.
Quedó demostrado que las personas que experimentan un nivel mayor de felicidad poseen un sistema inmunitario más saludable.
Así, las células responsables de defender el cuerpo contra este tipo de enfermedades parecen estar presentes en mayor medida en aquellas personas que se sienten felices, registrando una mayor presencia de anticuerpos y genes antivirales
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