A continuación traducimos un artículo de Jon Rappoport, uno de los activistas más radicales, críticos y sobretodo polémicos, contra el sistema médico y farmacéutico occidental.
Como siempre, exponemos las opiniones de Rappoport porque son interesantes, se esté o no de acuerdo con ellas.
En última instancia, debe ser el lector el que aplique su criterio crítico al respecto y equilibre los posibles excesos en los puntos de vista de Rappoport, para dirimir cuánto de advertencia real puede haber en sus palabras.
Presten mucha atención a ésto. Es el futuro que se aproxima como un vendaval.
En primer lugar, hablemos del trasfondo del asunto. Durante años, he reunido pruebas concluyentes de que el diagnóstico psiquiátrico de los trastornos mentales es un fraude. Es pseudociencia. No hay pruebas de laboratorio definitorias. No hay análisis de sangre en los diagnósticos, ni de saliva, pelo, cerebro, ni pruebas genéticas.
En su lugar, los comités de psiquiatras se reúnen y discuten sobre como agrupar diversos comportamientos arbitrarios, finalmente los agrupan y los etiquetan con nombres relativos a “trastornos mentales”.
(es decir, se reúnen para decidir cómo agrupar determinados trastornos de conducta, agrupándolos bajo etiquetas definitorias que ellos mismos inventan para clasificarlos)
Pero los intransigentes insisten en que uno de los trastornos más antiguos, la esquizofrenia, es la excepción. Ese es sólido. Ese no es pseudociencia. Ese es el “estándar de oro“.
Incorrecto.
“…Diagnosticar la esquizofrenia se basa en métodos subjetivos…No hay una sola prueba para la esquizofrenia, por lo que el diagnóstico, por lo general, implica observar los síntomas y descartar otras causas potenciales para ellos…”
“Y mientras que los científicos han observado diferencias en los escáneres cerebrales de las personas sanas y las personas con esquizofrenia … no se utilizan actualmente para diagnosticar el trastorno neurológico, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH)”.
Es decir, no son precisos ni definitivos.
Lo mismo de siempre. Los comités de psiquiatras “observan los síntomas” (comportamientos) e inventan reglas para el diagnóstico de la esquizofrenia.
Como de costumbre, el público es el último en saberlo.
Ahora, hay un nuevo proyecto en marcha que pretende cambiar estos diagnósticos no objetivos, utilizando imágenes de resonancia magnética del cerebro.
IBM y la Universidad de Alberta están trabajando en ello, tal y como nos recuerdan en Fiercebiotech:
“El equipo utilizó el aprendizaje de máquinas para crear un modelo que identifica la esquizofrenia basada en conexiones en el cerebro, según indicó IBM. Los datos de imágenes Resonancias Magnéticas se tomaron de diferentes sitios, utilizando diferentes máquinas, pero el algoritmo podría diferenciar entre los pacientes con esquizofrenia y sin ella, el 74% de las veces”.
Esto fue a través de un pequeño estudio piloto con 95 voluntarios. Normalmente, estos proyectos se extinguen cuando se hacen estudios más amplios, porque los resultados no son lo suficientemente específicos.
Es por eso que NINGUNA prueba basada en escáneres cerebrales, para NINGÚN supuesto trastorno mental, es etiquetada como prueba definitiva en la Biblia psiquiátrica, el DSM, el Manual de Diagnóstico y Estadística.
Sin embargo, los muchachos de las computadoras y los profesionales de la medicina siguen tratando de conseguirlo y aquí es donde el Estado de Vigilancia Masiva entra en escena de una manera muy fea.
Según Fiercebiotech:
“Mindstrong Health, co-fundado por el ex jefe del Instituto Nacional de Salud Mental, Tom Insel, está trabajando en tecnología que analiza datos de teléfonos inteligentes para determinar el estado mental de una persona.
La tecnología de la empresa recopila información sobre qué palabras se usan, o la ubicación de una persona al usar ciertas aplicaciones, por ejemplo, y las convierte en medidas objetivas de la función cerebral. Recientemente, la compañía recaudó 14 millones de dólares…”
“Mientras tanto, Akili Interactive y Pfizer, con sede en Boston, informaron sobre datos del año pasado que mostraron que una prueba de diagnóstico basada en videojuegos podría distinguir entre personas con y sin amiloidosis cerebral, un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer. Y Sonde Health de PureTech está trabajando en el análisis de “biomarcadores vocales”, o cambios en las características no lingüísticas de la voz de una persona, para indicar cambios en la salud”.
Ya podemos atisbar así, hacia donde se dirige el asunto: espiar a todo el mundo a través de sus teléfonos celulares y computadoras, con el fin de diagnosticarlos con cualquier trastorno mental.
El Estado de Vigilancia recibe una nueva justificación, y el establecimiento psiquiátrico llega a jugar en la partida del Gran Hermano, “para protegernos a todos” de las personas con enfermedades mentales.
Esta investigación fue iniciada en los engranajes más altos del poder, cuando se inició el Proyecto de Cartografía del Cerebro impulsado por Obama, que se anunció a raíz del tiroteo mortal en la escuela Sandy Hook.
Según afirmó Obama en su momento, “el Proyecto es necesario, para ayudar a prevenir tales tragedias futuras”.
Pero no, en realidad, el Proyecto es necesario para ampliar la vigilancia de la población, por el bien del control.
El diagnóstico psiquiátrico, y la drogadicción tóxica (medicación) que deriva siempre de él, es una forma de control.
“Bueno, tenemos a un sujeto identificado como peligro potencial en Boston que ha estado usando palabras clave en sus llamadas de teléfono celular, y las pausas no lingüísticas y las inflexiones de voz indican que está demostrando un patrón esquizoide. De acuerdo con los procedimientos descritos, debemos intensificar la vigilancia sobre él, hacer un control profundo de sus finanzas, entrevistar tranquilamente a algunos de sus amigos y compañeros de trabajo, determinar su registro de votación, averiguar a qué grupos pertenece. Es profesor universitario. Él enseña historia americana. ¿Tenemos algo sobre cómo interpreta a los Padres Fundadores, la Constitución … oh mirad, parece que está haciendo declaraciones sobre la necesidad de limitar el poder del gobierno central…tenemos caso, chicos”.
Diagnosticarán al profesor afirmando que tiene tendencias esquizoides y lo obligarán a medicarse con anti-psicóticos, que lo hundirán en una neblina cerebral y ralentizarán sus reflejos motores, como mínimo.
Hacia eso vamos.
La Psiquiatría y el Estado de Vigilancia masiva, agarrados de la mano.
Jon Rappoport
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