Hace más de tres décadas que las películas muestran a esas mujeres firmes en su decisión de ser las que invitan a salir a un hombre, y aunque el estereotipo se ha tardado en perderse, aún hay quienes creen que el gesto de que un hombre sea el que invita a salir es lo correcto.
Los estereotipos no están para perdurar, pero sin duda sí hay algunas cosas que se extrañan de los viejos tiempos en los que el amor, aunque no lo era, parecía más sencillo.
Y es que ahora vivimos en un mundo hiperconectado y uno de los primeros afectados es el amor, pues la pureza del sentimiento se encuentra alterado por el interminable flujo de información que llega a nuestros bolsillos desde cualquier parte del mundo y a cualquier hora.
Desconectarnos de lo personal nos ha afectado de una forma increíble.
Hoy es muy difícil decir las cosas claras y en persona, por lo que tal vez durante mensajes de texto se puedan prometer cosas específicas, pero al salir en una cita todo se vuelve una serie de incongruencias que normalmente terminan sin principio ni fin.
Tal vez deberíamos reaprender a hablar entre nosotros y ser capaces de decir qué queremos y qué esperamos desde la primera cita.
Reglas de etiqueta
Lo especial de una cita es que la expectativa y la realidad sean lo mismo.
Ahora somos mucho más casuales y eso está bien, pero en estos eventos siempre se agradece ir un paso más allá y relucir lo mejor de nosotros.
Gestos románticos
Entre memes, stories de Instagram y grupos de whatsapp, uno puede volverse muy precavido al momento de hacer un pequeño gesto que intenta ser romántico y termina siendo ridiculizado al momento.
Eso o hay quienes simplemente han perdido la iniciativa de comenzar una cita con un pequeño detalle que ponga en marcha el humor de lo que debería ser una gran noche.
Un gesto romántico no tiene que ser una demostración intensa de amor, es un detalle que demuestra que no se trata de una cita cualquiera y que existe interés en conocer a la persona.
Respeto
Algunas personas lo llaman caballerosidad y otras simplemente respeto mutuo. Esto implica que no había expectativas sexuales o pláticas que llevaran a pensar que lo habría.
Las cosas sucedían de manera más discreta y aunque esto ha cambiado debido a que tanto hombres como mujeres piensan diferente, la discreción era parte del juego de seducción que rendía frutos a largo plazo y hacía las cosas aún más interesantes.
Los románticos empedernidos nunca mueren y aún están los que dan todo en una cita, los que llevan flores, miran a los ojos y no a una pantalla, regalan flores y se levantan al mismo tiempo que su pareja.
Sin embargo hablamos de una generalidad que se ha perdido y que tal vez hace falta recuperar, ¿tú qué opinas?
FUENTES:
por Lucio Villegas
http://www.labioguia.com/notas/4-cosas-que-ya-no-pasan-en-las-citas-y-quizas-deberian-volver
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