jueves, 5 de abril de 2018

Los problemas del sueño y su incidencia en la salud

Los problemas del sueño pueden ser reflejo de algún tipo de afección o trastorno que nos impide dormir bien y, por ende, aportar el descanso que nuestro organismo necesita para funcionar cada día. 

Descubre las consecuencias de la falta de sueño para la salud y principales trastornos en nuestro blog de Salud.

Principales trastornos del sueño

Algunos de los trastornos del sueño más comunes y destacados son los siguientes:

Apnea del sueño

Nos encontramos ante uno de los trastornos más frecuentes, donde la vías respiratorias se obstruyen de manera repetitiva durante la fase de sueño, produciéndose el cese completo de flujo de aire a los pulmones en un breve período de tiempo de unos diez segundos.




Afectando a entre un 2% y un 4% de la población adulta, especialmente a los varones de edad madura con sobrepeso y mujeres que ya han pasado la menopausia, la apnea del sueño se caracteriza por el hecho de provocar somnolencia durante el día, sobre todo después de una comida o mientras se conduce. También es frecuente sufrir dolor de cabeza por la mañana junto con la sensación de que el sueño no fue reparador.

Algunas de las medidas que se recomiendan para tratar la apnea son, por ejemplo, perder grasa corporal, dormir de lado o boca abajo, evitar el consumo de alcohol y fármaco con efecto sedante, así como intentar mejorar la respiración nasal.

Insomnio

Otro de los problemas del sueño más comunes, basado en la incapacidad para dormir la cantidad suficiente como para sentirse descansado y activo durante el día siguiente. El despertar precoz, la incapacidad de mantener o conciliar el sueño son algunos de sus elementos más característicos.

Lógicamente, la cantidad de sueño varía en cada persona. Así, por ejemplo, un recién nacido es capaz de dormir cerca de 18 horas, un adulto joven entre siete y ocho y un anciano alrededor de seis horas y media. Más concretamente, entre un 10 y un 15% de la población adulta sufre de insomnio crónico, mientras que el 50% de los adultos padece insomnio en algún momento de su vida.

El tratamiento farmacológico estará orientado a corregir la causa fundamental del mismo como los fármacos contra la ansiedad, analgésicos o antidepresivos.

Narcolepsia

Nos encontramos ante una enfermedad neurológica debida a una anomalía cerebral, que altera los mecanismos neuronales del sueño. En esta afección, las fases del sueño no están bien reguladas, especialmente las correspondientes a la fase REM. La enfermedad en cuestión podría empezar alrededor de los 20 o los 30 años, aunque en el 40% de los casos surge en la adolescencia.




Podrían pasar hasta 20 años desde la aparición de los primeros síntomas y el desarrollo completo del síndrome. Además de la interrupción del sueño nocturno, otros síntomas que acompañarían a esta afección son las alucinaciones.

El tratamiento de la narcolepsia debe ser individualizado, atendiendo a las necesidades específicas de cada paciente. Así, por ejemplo, para disminuir la somnolencia se suelen emplear agentes estimulantes del sistema nervioso central y para la cataplejía que puede producirse se administran antidepresivos.

Hipersomnia

Para ser considerada como tal, la hipersomnia o somnolencia excesiva debe mantenerse durante al menos un mes. Es habitual entre las personas que sufren este trastorno que pueda presentar un descenso en el rendimiento cognitivo que pueda interferir en el desarrollo de sus tareas cotidianas, ya sea en el ámbito social, académico o laboral.

El tratamiento no farmacológico de la hipersomnia pasa por una terapia corporal para que la persona aprenda a detectar cuándo empieza mostrar síntomas, levantarse y realizar una serie de ejercicios que le ayuden a despejarse, así como técnicas que fortalecen la atención o técnicas de comunicación social para comunicar a los demás su problema.
Trastorno del ritmo circadiano

Los factores ambientales ejercen una gran influencia en este tipo de alteraciones del sueño debidas a un desequilibrio del ciclo sueño-vigilia. Precisamente, en este ámbito es donde se encuadraría el de jet lag, debido a viajes entre lugares con diferentes usos horarios, o el sueño retrasado que se da en personas con problemas para dormir.

Terrores nocturnos

Los terrores nocturnos, más comunes en niños de entre 3 y 7 años, son episodios de despertares bruscos que se inician con llanto y gritos de angustia. Normalmente se suelen asociar con una intensa actividad fisiológica y a pesar de ser un gran preocupación para los padres, no provoca malestar en los pequeños, dado que se produce amnesia en los episodios.

Muy diversos estudios relacionan, desde el punto de vista biológico este trastorno con el sonambulismo.

Sonambulismo

El sonambulismo es un tipo de trastorno caracterizado por adoptar unos comportamientos similares a los de la vigilia, pero generados durante el sueño. En este sentido, es muy común que las personas se levanten de la cama y realicen determinadas acciones como deambular, comer o hablar.

Suelen ser bastante habituales en los niños de entre 10 y 14 años y desaparecen cuando el cerebro madura. Algunas de las técnicas que podrían ayudar a tratarlo son, por ejemplo, el hecho de mantener un horario regular para ir a la cama, dejar una luz encendida o la puerta del cuarto entreabierta o apostar por los ejercicios de relajación.

Problemas para la salud al no dormir bien

La Asociación Mundial de Medicina del Sueño determina que los problemas del sueño constituyen “una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de más del 45% de la población mundial”. Una de las consecuencias más destacadas de la falta de sueño la encontramos en la excesiva somnolencia diurna o tendencia a dormirse a todas horas, los cambios de estado de ánimo (humor, tristeza, irritabilidad, depresión, ansiedad) y aumento del estrés.

Las investigaciones que se han realizado sobre el terreno determinan que después de tres días sin dormir, empiezan a surgir alucinaciones. Igualmente, se añade la probabilidad de sufrir alguna enfermedad psiquiátrica en un nada desdeñable 40% cuando los problemas para conciliar el sueño se vuelven crónicos.

Desde el punto de vista fisiológico, se ha descubierto que el sueño también influye en la producción de glucosa, lo que podría favorecer el riesgo de sufrir diabetes o ver incrementado tu peso.

Por otro lado, también podría incrementar la temperatura corporal basal, responsable entre otras muchas cosas de la constancia que mantiene el ritmo cardíaco. En este tipo de circunstancias se pueden observar arritmias o paradas cardio-respiratorias nocturnas.




Aunque pueda parecer lo contrario, el sueño ayuda a limpiar la memoria en aras de que nuestra mente pueda almacenar más información. Las investigaciones realizadas en este ámbito demuestran que una noche sin dormir puede reducir la capacidad de asimilar los conocimientos en casi un 40%. Más allá de las pérdidas de memoria, la persona podría volverse más lenta a la hora de procesar sus pensamientos y menos precisa, hasta el punto de que la falta de sueño podría provocar una alteración en la capacidad para comunicar de manera fluida, así como dificultad para aprender o resolver problemas.

Igualmente, se ha confirmado la aparición de otras muchas afecciones, derivadas de los problemas del sueño, como es el caso de la hiperalgesia o el aumento de la percepción del dolor, el envejecimiento prematuro, agotamiento o trastornos gastrointestinales.

4 abril, 2018
https://www.cosasdesalud.es/problemas-del-sueno-incidencia-salud/

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