Un angioma vertebral no suele requerir tratamiento puesto que normalmente no cursan con dolor, en el caso de complicaciones lo primero que se debe hacer es manejar el dolor con distintos fármacos analgésicos.
Un angioma vertebral también conocido como un hemangioma, es estructura vascular formada por tejido procedente de vasos sanguíneos que se localizan dentro de la vértebra.
Esto suele suceder por un error en el desarrollo embrionario.
Normalmente se habla de ellos como si fuesen tumores malignos pero, en realidad, son una malformación de los vasos sanguíneos. Por lo tanto, son lesiones no cancerígenas que normalmente se desarrollan en la parte del tórax de la columna vertebral.
Cursan, en la mayoría de los casos, sin síntomas y se suelen detectar en pruebas realizadas para diagnosticar otras enfermedades. El origen y la causa de su formación no se conoce exactamente, pero la teoría más aceptada es que en la formación de angiomas está implicada laangiogénesis.
Síntomas del angioma vertebral
Como hemos dicho, un angioma vertebral es un crecimiento de los vasos sanguíneos en las vértebras, que son huesos pequeños que se encuentran uno encima de otro para formar la columna vertebral.
Normalmente el angioma vertebral es asintomático y no suele requerir tratamiento. Hay situaciones en las que el paciente puede experimentar dolor de espalda, entumecimiento en las piernas o parálisis debido a un angioma vertebral.
En estos casos se debe consultar al médico para decidir la opción de tratamiento más adecuada.
En definitiva, los angiomas muy raramente dan problemas, es muy difícil ver una fractura vertebral causada por un angioma. El problema viene cuando estas lesiones crecen, se expanden y provocan más daño en las estructuras de alrededor.
La situación más peligrosa es que el angioma dañe la médula espinal.Esto ocurre cuando el angioma crece y daña directamente la médula y la comprime. También puede ocurrir que se fracture la vértebra y que de forma indirecta produzca el daño.
Otra posibilidad de causar daño es que el angioma sangre y que provoque un hematoma que comprima la médula.
Todas estas complicaciones, cuando ocurren, suelen ser en la zona dorsal de la columna y afectan más frecuentemente a mujeres que a hombres. Es importante tener claro que, como ya hemos mencionado antes, el angioma vertebral no es un tumor maligno o con capacidad de producir metástasis.
Diagnóstico de un angioma vertebral
Para el diagnóstico de un angioma vertebral, se suelen utilizar pruebas de imagen como scanner y la resonancia magnética puesto que son la mejor manera de verlos. Por lo tanto, estas pruebas de imagen son indispensables en el diagnóstico.
La mayoría de los angiomas tienen unas características propias que los definen, sin embargo aquellos que son más agresivos pueden no tener estas características. Esta situación complica el trabajo de los especialistas ya que pueden confundir con facilidad el angioma con otro tipo de tumor vertebral.
Cuando se da una situación en la que no se puede distinguir con facilidad el tipo de tumor mediante técnicas de imagen, normalmente se recurre a realizar una biopsia para estudiar el tejido y realizar el diagnóstico correcto.
¿Cómo se trata un angioma vertebral?
Normalmente los pacientes que padecen de un angioma no suelen necesitar tratamiento ya que no suelen dar problemas.
Al ser la zona de la columna vertebral una zona con muchos riesgos a la hora de realizar una operación, se suele recomendar llevar a cabo untratamiento para disminuir el dolor. Esto se puede conseguir mediante medicación, inyecciones epidurales o acupuntura.
Hoy en día disponemos diferentes tratamientos para aquellos angiomas menos agresivos. Dentro de estas técnicas destacamos:
Radioterapia: esta técnica implica la aplicación de rayos X directamente en el lugar del problema. Los rayos destruyen las células del hemangioma y pueden detener su progresión.
Embolización de arterias: consiste en impedir que la sangre llegue al angioma. Se inyectan por un catéter unas partículas formadas de esponja o gelatina que bloquearán a la arteria y al flujo de sangre al angioma.
Inyecciones alcohólicas o vertebroplastias: consiste en inyectarle cemento a la vértebra dañada.
En cuanto a los más agresivos, normalmente se recurre a someter al paciente a una cirugía para que se descomprima la zona de la columna. A veces se lleva a cabo una resección, es decir, se extirpa la zona lesionada, a pesar de ser la opción más arriesgada y a la que se recurre cuando no hay otra opción.
También es común combinar tanto las técnicas utilizadas para tratar los angiomas menos dañinos con la cirugía.
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