miércoles, 10 de octubre de 2018

Algunos médicos viven (y muy bien) cobrando de las farmacéuticas

Las farmacéuticas gastaron 182 millones y medio en 2017 en pagos a médicos para influir en su prescripción y crear opinión pública favorable a sus intereses. Así lo desvela un trabajo de investigación de la Fundación Civio

La compra de voluntades no se hace ya tanto como yo desvelaba en el libro Laboratorio de médicos, dando dinero directamente a los profesionales sanitarios sino de manera más “científica”.

Así, las farmas pagan a los galenos por sus servicios de asesoría, participación en ensayos clínicos o para asumir los costes de entradas a congresos y viajes. La industria lo llama “transferencias de valor”, el resto lo consideramos sobornos.

Desde hace dos años el principal lobby de la industria farmacéutica en España, la patronal de laboratorios Farmaindustria, obliga a los laboratorios asociados a publicar lo que cada compañía gasta al año en pagos a médicos y organizaciones sanitarias.

Con esta medida la entidad presume de “transparencia” e intenta normalizar una práctica que en realidad esconde, como escribo, el soborno.

Según los compañeros de Civio,

no todos los que recibieron pagos o invitaciones a congresos lo hicieron al mismo nivel. 18 médicos sumaron en su haber, de un solo laboratorio y en un solo año, más de 50.000 euros”.

Como es obvio no es que todos los médicos estén sobornados en España, claro que no. La industria es muy selectiva. En más de la mitad de los casos, la práctica o investigación de esos 18 profesionales está relacionada con el cáncer, una enfermedad que cuenta con fármacos nuevos y muy costosos. 





El cáncer da dinero y de manera paradójica enriquece a algunos mientras la población sigue muriendo pues las cifras de fallecimientos no paran de crecer (no serán muy efectivos esos carísimos medicamentos).

La explicación, según uno de los médicos de la lista ahora conocida, es clara:

La industria toca las áreas donde se mueve más dinero”.

Si analizamos esas relaciones únicas entre un laboratorio y un médico, las cifras van desde aquellos que superan por poco ese corte de los 50.000 euros y aquellos que casi tocan los 100.000, como es el caso de los más de 98.000 euros que Bayer destinó al doctor Jordi Bruix. Sin contar lo que recibieron de otros laboratorios, que hace que profesionales como María Victoria Mateos sume casi 170.000 euros o Luis Puig, más de 150.000.

Vamos que algunos pueden comprarse un apartamento cada año sólo con las atenciones de “sus” laboratorios.

Los datos muestran relaciones unidireccionales, como la del mencionado Bruix Tudó con Bayer (la farmacéutica sufraga el 98% del total de sus transferencias de valor) o la de Emiliano Calvo con el laboratorio Novartis (90%), pero también otras mucho más variadas.

Así, 15 laboratorios realizan pagos -directos o indirectos- a Javier Puente, aunque Pfizerasuma el 66%.

Y los casi 60.000 euros a Luis Puig de la compañía Lilly, pese a su cuantía, solo suponen menos del 40% del total.

Os aconsejo que veáis el enlace de Civio porque tiene unos gráficos muy bonitos y expresivos al respecto.

Cuentan también que María Victoria Mateos recibe dinero de cuatro farmacéuticas y es la que más suma si tenemos en cuenta a todas ellas y no solo a la principal.

La mayoría de los “recibidores” de la industria -14- además, ejerce en centros sanitarios públicos (aunque dos de ellos lo combinan con la práctica privada).

Tres de ellos son miembros de la red de expertos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios(AEMPS), la entidad pública encargada de la evaluación, autorización y supervisión de los medicamentos. Esto supone un evidente conflicto de interés.





Eso por lo que respecta a lo que cobran algunos médicos de manera individual. Luego está lo que reciben las sociedades profesionales a las que pertenecen, que también cuentan con el “cariño” de la industria.

Las farmacéuticas financiaron con más de 500.000 euros a 16 fundaciones y sociedades médicas el año pasado. Las entidades aseguran que estos pagos se destinan a la organización de congresos y actividades formativas y a programas de investigación y prevención. Que ese dinero no tiene “tintes comerciales”.

Los laboratorios acogidos al Código de Buenas Prácticas de Farmaindustria repartieron en total 90,5 millones entre organizaciones sanitarias en 2017. A mí todo esto me parece corrupción, legal -de momento- pero corrupción.

El tráfico de influencias, el soborno, la extorsión y el fraude son algunas de las prácticas de corrupción, que se ven reflejadas en acciones como entregar dinero a un funcionario público, pagar una dádiva.

Por supuesto, esto da muy mala imagen de la medicina y lo que es más injusto, denigra el buen hacer de los profesionales sanitarios honestos.


Por Miguel Jara  10 de octubre de 2018
http://www.migueljara.com/2018/10/10/algunos-medicos-viven-y-muy-bien-cobrando-de-las-farmaceuticas/

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