La incontinencia urinaria es una situación que se presenta más frecuentemente entre niños, personas ancianas y mujeres. Aquí te contaremos cuáles son sus causas y sus posibles tratamientos.
La incontinencia urinaria no es una enfermedad en sí; aparece como consecuencia de alteraciones de base que afectan a la vejiga.
Se altera así el proceso de llenado o de expulsión controlada de la orina y el síntoma es la incontinencia.
La característica que la define es la pérdida involuntaria de la orina. La persona con incontinencia urinaria no puede controlar cuándo orinar y cuándo retener, entonces se producen escapes de orina en momentos inadecuados, o no decididos voluntariamente.
A veces los escapes suceden al hacer un esfuerzo, como estornudar, por ejemplo. Otras veces ocurre porque la vejiga se ha llenado y ha rebasado.
La incontinencia urinaria no es únicamente un problema sanitario en el sentido patológico. Quien padece incontinencia, ve alterada también su vida social debido al miedo a un escape de orina en momentos inoportunos, en presencia de otras personas.
Causas de la incontinencia urinaria transitoria
La incontinencia urinaria transitoria es la que no se prolonga en el tiempo. En general, es causada por alimentos, bebidas o medicamentos que estimulan la producción de orina. Una vez que se detiene el efecto diurético, la incontinencia desaparece.
Aquí podemos mencionar como causas a las bebidas gaseosas, el alcohol, los cítricos y ciertos fármacos para la hipertensión arterial.
Otras causas de incontinencia urinaria transitoria son:
Infecciones urinarias: la irritación de la vejiga puede ser tan intensa como para provocar el escape de orina.
Constipación: el intestino se encuentra cercano a la vejiga y puede estimularla en casos de heces duras que atraviesen el recto.
Gestación: en el embarazo, tanto los cambios hormonales como el agrandamiento del útero producen hiperactividad de la vejiga.
Causas de la incontinencia urinaria crónica
Por otro lado, la incontinencia urinaria que se prolonga en el tiempo responde a diversas causas:
Prolapso: cuando los músculos de la pelvis se encuentran debilitados, por ejemplo en mujeres que han sufrido partos complicados o múltiples partos, el descenso de los órganos pélvicos produce incontinencia urinaria. Este descenso de las estructuras es lo que se conoce como ‘prolapso’.
Edad: el envejecimiento debilita los músculos del cuerpo, incluido el músculo de la vejiga. En las mujeres, la menopausia disminuye los estrógenos y también deteriora los tejidos del sistema urinario.
Cirugías ginecológicas: la vejiga es un órgano que se sostiene en su lugar por la presencia de otros órganos, sobre todo el útero. Cuando una mujer es sometida a una cirugía en esa zona, puede quedar con incontinencia urinaria.
Problemas prostáticos: en los varones, son los problemas de la próstata los que con más frecuencia causan la incontinencia urinaria. En primer lugar, la hiperplasia prostática benigna y, de forma más grave, el cáncer de próstata.
Trastornos neurológicos: algunas patologías del sistema nervioso pueden repercutir en los nervios que inervan la vejiga y que comandan el acto miccional. La situación clínica se llama ‘vejiga neurogénica’ y puede responder a enfermedades como el Parkinson o la esclerosis múltiple.
Causas psicológicas: los estados de estrés o la imposibilidad de resolver situaciones de la vida cotidiana pueden manifestarse clínicamente como incontinencia. La enuresis en niños menores de seis años es un ejemplo de esto.
Tratamiento no farmacológico de la incontinencia urinaria
No siempre se necesitan medicamentos para el tratamiento de la incontinencia urinaria. Una de las principales recomendaciones es regular la ingesta de líquidos durante el día.
Esto se puede hacer sin disminuir las cantidades, mejorando la distribución para evitar que se formen grandes cantidades de orina en poco tiempo que no puedan expulsarse voluntariamente.
La distribución más cercana a la ideal es aquella que comienza con unamayor ingesta de líquidos por la mañana, para ir disminuyendo hacia la tarde y la noche. En los niños con enuresis, a veces es preferible adelantar el horario de la cena para dejar espacio entre la comida y el horario de acostarse.
Tratamiento farmacológico
A veces, a pesar de las medidas higiénico-dietéticas, el problema no se soluciona y requiere el uso de medicamentos. Otras veces, el origen causal de la situación es una enfermedad que no admite otra solución más que la medicación.
Los medicamentos que se utilizan buscan como objetivo que la vejiga no se contraiga involuntariamente y que la uretra permanezca cerrada mientras ingresa orina a la vejiga. Para ello, las sustancias de elección suelen ser los anticolinérgicos.
La función de los fármacos anticolinérgicos es disminuir la capacidad que tiene el músculo de la vejiga para contraerse. El más común es la oxibutinina. Los anticolinérgicos son muy efectivos, pero están contraindicados en algunas personas por sus efectos adversos.
Los pacientes que padecen glaucoma y aquellos con arritmias cardíacas no pueden consumir oxibutinina. En aquellos que no tienen contraindicación, si los efectos adversos son muy intensos, el tratamiento debe abandonarse.
Finalmente, si ni las medidas higiénico-dietéticas ni el tratamiento farmacológico dan resultado, la última opción es la cirugía.
Este artículo ha sido verificado y aprobado por la farmacéutica Sara Viruega el 24 junio, 2019
Leonardo Biolatto · 24 junio, 2019
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