viernes, 27 de noviembre de 2015

Discutir (de forma sana) es bueno para la salud

Cuando algo nos molesta es mejor decirlo, quedárselo dentro nos puede hacer enfermar

Contener las emociones puede tener consecuencias negativas como presión arterial alta, coagulación de la sangre y riesgo de padecer una obstrucción vascular mortal.

Esto no quiere decir que haya que pasarse la vida enfadado y que sueltes sapos y culebras por la boca continuamente, pero una discusión no tiene por qué ser algo negativo. 

El problema es que si no sabemos hacerlo de forma adecuada. Los gritos y los reproches deben evitarse a toda costa, es mejor optar por una escucha activa y practicar la empatía.

Hablar de los problemas puede ser una gran oportunidad para superar malentendidos y reforzar la relación, pero siempre desde un punto de vista constructivo. 

Diversos estudios han demostrado que las interacciones negativas entre amigos, familiares o con la pareja nos pasan factura incluso hasta cuatro años después. 

Por eso es importante aprender a construir relaciones sólidas y positivas, intercambiando opiniones sin demandas excesivas, críticas u otras cosas desagradables.

(Foto: Getty Images)

Además, discutir con tu pareja no solo ayuda a mejorar los problemas de la relación, sino que alarga la vida. Callarse y ‘tragarse’ todos esos sentimientos negativos no es demasiado bueno para la salud. 

De hecho, las mujeres que se esfuerzan por contenerse y permanecer calladas durante las discusiones maritales tienen un riesgo mayor de muerte, según revela un estudio realizado por la Dra. Elaine D. Eaker, de Eaker Epidemiology Enterprises, en Maryland.


Los resultados subrayaron la importancia de la comunicación saludable dentro del matrimonio. “Ambos cónyuges han de otorgar a la otra persona un ambiente seguro para expresar sus sentimientos cuando hay conflicto”, dice la experta.

Si tienes algo que decir, hazlo, pero sin malas intenciones y sin culpar al otro de todo. La ironía, los comentarios hirientes, los insultos, los silencios… son síntomas de que la cosa se está desmadrando y no te ayudarán a resolver el conflicto.

(Foto: Getty Images)

Por el contrario, las discusiones ‘normales’o no nos perjudican sino que resultan muy saludables. Decir lo que pensamos, expresar nuestros sentimientos e intercambiar ideas es necesario en una relación sana, es algo que forman parte del proceso de comunicación que tenemos con las personas que nos rodean. 

Ahí van cinco claves para ayudarte a discutir sin perder los papeles:

1. Cuida tu lenguaje. También el no verbal. No es tanto lo que se dice sino cómo se dice. Es importante cuidar el tono y los gestos.

2. No saques trapos sucios. Estáis hablando de un tema concreto. No aproveches para quejarte de todo ni repases todos los enfrentamientos que habéis tenido. Revolver el pasado, ¡nunca!

3. No sientes cátedra. Ni estás en posesión de la verdad absoluta ni eres un juez. En un diálogo abierto y franco hay que evita ser categórico y los comentarios tipo: ”Es así y punto”. 

4. ¡Un poco de humildad por favor! Nadie es perfecto y todos podemos equivocarnos. Admitir tu parte de responsabilidad no va a matarte. Disculparse a tiempo te ahorrará muchos disgustos. 

5. Escucha, escucha y escucha. No pares de hacerlo nunca. Es lo más importante y solemos olvidarlo cuando nos empeñamos en demostrar que tenemos razón, y somos capaces de humillar al otro y llevárnoslo por delante para conseguirlo

Noviembre 27, 2015

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