domingo, 26 de agosto de 2018

Un congreso de pediatría (¿corporativa?) donde no se puede amamantar a un bebé

Que los congresos sanitarios se han convertido en una especie de ferias comerciales es algo que casi nadie discute. 

Pero ¿qué os parece un congreso de pediatría en el que los “mercaderes del templo” sean bienvenidos pero no se deje entrar a una mujer, madre y pediatra que lleva a su bebé en brazos y al que ha de amamantar? 

La Asociación Española de Pediatría (AEP) va a acabar siendo la extensión del departamento de ventas o de Marketing de alguna multinacional farmacéutica o de la alimentación. 

A principios del pasado mes de junio celebró su congreso anual en Zaragoza. 

En los diferentes stands del mercadillo que suele acompañar a este tipo de eventos, pudieron situarse los vendedores de Danone, Pfizer o Merck, Sharp and Dohme (MSD).

Intentaron así seducir a los profesionales de la pediatría con sus mercancías. ¿A todos y todas? No. En los congresos de la AEP si eres mujer, pediatra e intentas entrar con tu bebé no te dejan.



Mujer, ¿qué van a pensar los patrocinadores de leches sintéticas si te paseas con la teta fuera alimentando a tu retoño sin pasar por caja? ¿Para que se hacen congresos de pediatría, para que todo el mundo recuerde que en los pechos de una mujer se encuentra el mejor alimento posible sin comparación y además gratis?

Eso es contranatura… contra la naturaleza del mercado.

Como relatan en el portal Criar con sentido común, un bebé de tres meses de edad acudía con su madre, pediatra, aún de permiso maternal, que decidió acudir para seguir formándose y aprendiendo, considerando que no habría ningún problema con acudir con su bebé (es un congreso de Pediatría, los médicos de los bebés, no pasará nada si me llevo al mío).

Pero no pudo entrar. Al parecer le dijeron que no podía por “una ley de farmacia…” que ni siquiera fueron muy capaces de explicarle (al parecer no puede entrar nadie que no esté acreditado al congreso, por haber presencia de productos farmacéuticos). ¿Tan peligrosos son?

Pero la mamá pediatra no solo no pudo seguir las conferencias, sino que no había zona para amamantar al bebé, ni cambiadores, ni nada que pudiera ser de utilidad para una madre con su bebé. ¡En un congreso de padiatría! La alternativa que le ofrecieron, según narran en esa web, fue la de dar el pecho en el hotel de enfrente o en la calle.

Como es lógico en una entidad de profesionales de la pediatría, la AEP tiene en su seno, entre otras áreas interesantes, un Comité de lactancia que impulsa la lactancia materna, la alimentación de los bebés con leche de su madre.

No ha sentado nada bien a tantos y tantas pediatras que la organización que intenta representarlos haya mostrado tan poca sensibilidad y tal falta de coherencia. Así se desacredita el trabajo de tantos profesionales honestos.

Como observa Armando Bastida, enfermero de pediatría que ha escrito ese post, un evento así parece más una Feria del Bebé de esas llenas de marcas que dan muestras a madres y padres que un congreso de pediatras”.

La madre del bebé castigado sin entrar ha escrito una carta de protesta a la asociación de pediatría en la que argumenta que le parece “incongruente e indignante que no se fomente la lactancia materna entre los asistentes” a ese congreso.

También me consta que la AEP tiene muy enfadados a los profesionales de la dietética y nutrición. Lógico, hacen un esfuerzo por enseñarnos a alimentarnos mejor y por combatir las malas prácticas en el ámbito de la comida y tiene la sensación de que la AEP está promocionando la mala alimentación.



Y es que en Twitter, en el hashtag #66congresoAEP, podéis ver alguna foto que documenta que la asociación profesional siguen dando espacio a fabricantes de galletas poco saludables, como las de los dinosaurios.

En las fotos podéis ver cereales para el desayuno o leche sintética con el logotipo de la AEP. Estos días precisamente podemos presencia anuncios en la televisión que con insistencia nos cuentan que las susodichas galletas han sido mejoradas cambiando en su fórmula azúcar por más fibra y bla bla bla. Sobre el asunto de las galletas podéis leer la postura de la asociación de pediatría.

En fin, al menos el debate sobre la utilidad “científica” de los congresos médicos y cómo sirven al marketing de las diferentes industrias (también de productos “naturales”) está abierto y eso es bueno. Al menos que la indignación, como la padecida por esa mujer, madre y pediatra sirva para que hayan cambios de calado.


Por Miguel Jara  26 de agosto de 2018
http://www.migueljara.com/2018/08/26/un-congreso-de-pediatria-corporativa-donde-no-se-puede-amamantar-a-un-bebe/

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