miércoles, 11 de septiembre de 2019

Sin Pruebas de que la Medicina de la Evidencia Mejore la Salud de las personas

Durante lustros la llamada Medicina Basada en la Evidencia (MBE) ha sido (y aún es) la hegemónica. La idea es buena, que los médicos en su práctica cotidiana usen las mejores evidencias o pruebas científicas para tomar con sus pacientes las decisiones más acertadas.

 Pero de manera perversa, como contar con un producto o tratamiento que ofrece pruebas de su eficacia y seguridad se ha convertido en el mejor marketing, ésta ha ido cooptando la MBE. Hace falta otra Medicina. Os pongo un ejemplo propio.





El peligro de la Medicina Basada en el Marketing es que al final te acaban haciendo o recetando lo que se vende, no tanto lo que necesitas. Nos lo hemos preguntado en diversas ocasiones: ¿Es la llamada Medicina Basada en la Evidencia el marketing perfecto de las industrias? Esa es la realidad.

Toda intervención médica, los propios medicamentos, conllevan riesgos de modo que abrazar acríticamente una medicina basada en el marketing conlleva daños (si alguien necesita ejemplos está en el lugar adecuado pues este blog, entre otras cosas, está especializado en ello).

El asunto vuelve a la actualidad tras un comentado artículo del médico Juan Gérvas titulado ¿Abandonar la Medicina Basada en la Evidencia (Pruebas)? Sí. No sabemos su impacto sobre la salud. Gérvas advierte que de manera paradójica aunque dice estar basada en la evidencia esta medicina no tiene puede exhibir pruebas de su efectividad.

Este profesor de Salud pública se pregunta, «¿ha conseguido la MBE el objetivo último de mejorar la salud de los pacientes?». Su respuesta es:

No lo sabemos. Es increíble, pero no lo sabemos. No hay estudios que permitan responder a esta pregunta, básica y fundamental. 

Después de más de medio siglo de desarrollo y más de cuarto de siglo de su formulación, no sabemos si la MBE logra mejorar la salud de los pacientes y por ello no hay forma de saber si los inmensos recursos invertidos en la MBE han logrado que el esfuerzo valga la pena.

La MBE, que pretende llevar lo mejor de la ciencia a la consulta, basada en ensayos clínicos, no ha promovido ensayos clínicos que demuestren si la propia MBE tiene impacto positivo o negativo sobre la salud de los pacientes. Es muy irónico y expresa una ideología de superioridad, que un método que propone constantemente el preguntar ‘¿cuál es el fundamento de…? ¿en qué pruebas se basa? ¿cuál es la evidencia?’ no se haga las mismas preguntas a sí mismo».

La MBE cuenta con muchos recursos, datos, ensayos clínicos, estadísticas y protocolos pero falla porque nos considera a todos iguales o más bien porque esas estadísticas son para personas inexistentes pues cada uno somos diferentes y a la hora de enfermar existen tantos factores y condiciones que no se puede aplicar el mismo protocolo-tratamiento a todo el mundo.

La MBE sirve de orientación, sin duda, pero de ahí a solucionar los problemas de todo el mundo o al menos de buena parte de la población cuando enferma…

Como cuenta el autor del artículo, se han hecho varias revisiones sistemáticas sobre el impacto de la MBE en la atención clínica.

Todo lo que se ha demostrado en un cierto impacto, muy escaso, en el proceso de atención (en cómo se hacen las cosas), pero reiteradamente se demuestra que no hay estudios que valoren el impacto de la MBE sobre la salud de los pacientes.

Y el asunto no es «pues entonces hagamos más MBE» porque existe un límite (ya alcanzado en varios países) en que mayor inversión en el sector sanitario se asocia con una disminución de la salud.

La MBE está orientada al diagnóstico en el modelo simple de la enfermedad provocada por una causa única.

La MBE cumple con las aspiraciones de las especialidades médicas, que fragmentan a los pacientes según sus diagnósticos y «factores de riesgo» y esta fragmentación causa daños, incluso aumento de la mortalidad, al tiempo que incrementa el gasto.

La MBE ignora todo sobre la complejidad del enfermar porque las enfermedades hoy suelen tener multitud de causas, son multifactoriales. Como recoge otro médico, Abel Novoa, presidente de No Gracias en un artículo con palabras del filósofo de la ciencia Jacob Stegenga sobre porqué la complejidad biológica limita la efectividad de la mayoría de los fármacos:


Para muchas enfermedades, como la insuficiencia cardiaca, la diabetes tipo II o las enfermedades mentales, no hay causas ni necesarias ni suficientes sino más bien un conjunto de factores que aumentan la probabilidad de que la enfermedad se manifieste. Si no hay causas ni necesarias ni suficientes para la mayoría de las enfermedades, entonces cualquier intervención en alguno de los factores relacionados no será nunca capaz por sí sola de eliminar la enfermedad».

Lo que plantea Gérvas no es volver al pasado sino ir hacia un futuro en que se considere la salud como el resultado del complejo interaccionar de lo biológico, psíquico y social».




Puro sentido común. Si me salen unos eccemas en las manos puedo hacer dos cosas. La primera que hice fue ir al médico del hospital que me corresponde, que con la MBE en la mano emitió un diagnóstico: enfermedad de la piel de causa desconocida. Tanta evidencia, tanta evidencia pero luego desconocemos porqué me salen unos «simples» eccemas en las manos.

Este me recetó una crema, muy buena, pero como no investigó la causa no pudo solucionar el problema. Aplicó un protocolo absurdo que dice que ante algo desconocido me unte una crema con cortisona que «oculta» el problema pero no lo soluciona, imposible así.

La otra cosa que hice. Acudí a un médico con una visión que va más allá de la MBE, me hizo una prueba que concluyó que tenía mal la microbiota (lo que antes se llamaba flora intestinal). Me pasó con una nutricionista que me cambió la dieta.

El tratamiento, que incluyó probióticos tomados por mi cuenta, aunó lo biológico, lo psíquico y lo social. Hoy ya no tengo los eccemas que he sufrido durante varios años. El problema no eran sólo las manos…

Como concluye Gérvas (aclaro para los mal pensados que no fue el médico que me trató):

La MBE sólo incrementa el conocimiento científico, la precisión del ‘mapa’, lo que ‘podría funcionar’, pero dice poco sobre ‘lo que funciona’ en cada caso y situación, el ‘territorio’ del sufrimiento del paciente, y menos dice sobre ‘cómo introducirlo apropiadamente’ (…) La clave es desarrollar una Medicina que se enseñe y practique según personas y circunstancias».



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escapadas y Rutas