Es fundamental aceptar el temor. Hecho esto, habrá que entenderlo y actuar cara a cara contra él. Es importantísimo no acelerar la terapia y seguir un trabajo gradual.
No es algo fácil, pero tampoco imposible. Desde el campo de la psicología, las fobias se abordan desde diferentes ángulos y terapias para, si no es posible superarla, sobrellevarlas lo mejor posible.
Estos días, la revista BBC Focus ha publicado un 'manual' para superar una fobia, consistente en cuatro pasos.
Lo primero que habría que tener claro es el 'a qué' se tiene temor. Identificar la causa de la fobia no siempre es fácil. Existen casos, como la agorafobia (miedo a lugares públicos o espacios abiertos) donde determinar la causa cuesta más. Entender el origen es clave para atajar el problema. Sin esto, es imposible ponerle fin.
El siguiente paso, entender el miedo, puede ser abordado desde una terapia cognitivo-conductual. Estas terapias, empleadas por psicólogos clínicos, se llevan a cabo desde un doble enfoque: Lo primero es hacer frente a pensamientos y actitudes respecto a lo que se teme (uno de las maneras de llevar a cabo esto, es a través de la reestructuración cognitiva, por la que se intenta reparar el mal pensamiento hablando de ello con terceros o, directamente, hablando solo). El objetivo, llegar a la conclusión de que si uno se enfrenta al miedo no va a sufrir daño alguno.
El siguiente paso, que necesariamente necesita del segundo, pues es su continuación, es la toma de medidas para combatir cara a cara el temor. Una de las técnicas empleadas es el 'modelado'. Ésta consiste en observar, pasar tiempo y familiarizarse con alguien que está expuesto a lo que se teme de forma habitual (un manipulador de arañas si se tiene aracnofobia). Poco a poco, el afectado por la fobia se irá aproximando a lo que teme, sin forzar, para desarrollar resistencia a ello.
El cuarto paso es el trabajo gradual, ya que si en el anterior uno acelera en exceso la aproximación al problema puede conseguir un efecto contrario al que se persigue. Hay que realizar una 'exposición terapéutica', en la que nunca se tome más de lo que se puede manejar
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