Hoy he ido a una gran superficie a comprar un par de cosillas que nunca encuentro en las tiendas de mi barrio, ni de mi pueblo entero.
Como hacia un montón de tiempo que no había ido me lo he encontrado todo cambiado de sitio, por lo que me he tenido que dar un largo paseo para encontrar lo que estaba buscando.
Esto me ha permitido descubrir que han instalado una gran zona con infinidad de productos ecológicos.
Como hacia un montón de tiempo que no había ido me lo he encontrado todo cambiado de sitio, por lo que me he tenido que dar un largo paseo para encontrar lo que estaba buscando.
Esto me ha permitido descubrir que han instalado una gran zona con infinidad de productos ecológicos.
Me he entretenido un rato en mirarlos detenidamente y como el resto de la gente que estaba haciendo lo mismo que yo, opino que a pesar del inmejorable aspecto que presentaban, son demasiados caros.
De vuelta a casa me he dado cuenta que, quitando la consabida creencia popular que están mucho más ricos y que son mucho más sanos, desconozco casi todo sobre este tipos de productos.
Así que me he puesto a trabajar un poco para averiguar cuándo considerar un alimento ecológico.
¿Qué son los alimentos ecológicos?
La producción agroalimentaria ecológica es un sistema producción de alimentos con la que elevada la calidad obtenida mediante técnicas respetuosas con el medio ambiente, en la que no se utilizan sustancias químicas de síntesis, como pesticidas o fertilizantes, con el objeto de obtener alimentos naturales, saludables y con todas sus propiedades nutritivas.
Este tipo de producción está regulada por una normativa europea que establece las exigencias de producción de los alimentos, así como los requisitos para la inspección, la certificación y el etiquetaje.
Solo se pueden los términos ecológico, eco, biológico, bio y orgánico cuando los alimentos han sido obtenidos a través de este tipo de producción
En la etiqueta de estos alimentos tiene que aparecer el nombre o el código de la entidad que certifica la autenticidad del producto y un sello europeo único.
¿Qué objetivos tiene el sistema de producción agroalimentaria ecológica?
Se pretendo obtener una amplia variedad de alimentos y productos agrarios de alta calidad nutritiva, organoléptica, medioambiental y social.
Respetar el medio agrario, los ciclos naturales, preservar la salud del sol, el agua, los sembrados, los animales y el equilibro entre ellos, conservando y mejorando la riqueza del patrimonio agrario y paisajístico, favoreciendo un desarrollo rural sostenible.
Conseguir un mayor grado de biodiversidad.
Hacer un uso responsable de la energía y los recursos naturales.
Garantizar el bienestar de los animales y respetar el comportamiento propio de cada especie.
Favorecer un desarrollo rural sostenible.
Cuándo considerar un alimento ecológico
Qué se hace y que no se hace para conseguir un producto ecológico
Se utilizan abonos orgánicos como el estiércol, restos vegetales, compost, para favorecer la fertilidad y las actitudes productivas de la tierra.
Se usan determinadas variedades de plantas y razas animales que estén adaptadas a las condiciones del sitio.
Se garantiza las condiciones mínimas de alojamiento y manejo a los animales, así como su acceso al aire libre.
Se recupera la rotación de cultivos, favoreciendo la diversidad vegetal, la sanidad de los cultivos y el óptimo aprovechamiento de los recursos.
Se deben mantener franjas de vegetación silvestre, para favorecer la fauna útil que ayuda a los cultivos para defenderse de las plagas.
La sanidad vegetal y animal se basa sobre todo en prácticas preventivas o mediante productos de origen natural, limitando al máximo la aplicación de productos sintéticos.
Las técnicas de elaboración y conservación de los alimentos que se van a manipular deben cuidar y preservar al máximo la calidad de los productos de origen.
No se utilizan organismo modificados genéticamente o derivados de ellos.
No se utilizan pesticidas, medicamentos y aditivos alimentarios de síntesis, exceptuando algunos casos puntuales y de forma restringida.
No se permite la producción ganadera desvinculada a los terrenos agrícolas.
De manera general, no se permiten procesos que perjudiquen al medio ambiente, la salud humana, la salud y el bienestar de los animales y la salud de las plantas, así como la calidad final del producto.
Realmente viendo la cantidad de cosas que hacen falta para poder etiquetar cualquier cosa como ecológica, no me extraña nada que resulten algo más caros que sus primos no ecológicos.
Juana Trujillo / Directo al Paladar
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