JUEVES, 19 de enero (HealthDay News) -- Por lo general, la actividad sexual no es peligrosa para las personas que sufren de enfermedad cardiovascular, asegura la American Heart Association en una nueva declaración.
Pero los pacientes deben ser examinados por un médico con antelación y tener en cuenta que los problemas cardiacos podrían resultar peligrosos en algunos casos de enfermedad cardiovascular, sobre todo si no están bajo control.
La asociación cardiaca también advierte que se necesita más investigación sobre cómo la actividad sexual afecta al sistema cardiovascular de las mujeres y las personas mayores que sufren de afecciones específicas.
"La realidad es que en la mayoría de los pacientes el riesgo es bajo", afirmó el Dr. Glenn Levine, profesor de medicina del Colegio Baylor de Medicina y autor principal de la declaración. "En la mayoría de pacientes con enfermedad cardiaca estable, participar en actividad sexual es razonablemente seguro, ya que probablemente sea comparable a la actividad física de leve a moderada, como caminar o subir escaleras".
Con frecuencia, los pacientes cardiacos no mencionan el riesgo de la actividad sexual, pero podrían tenerlo presente, señaló Levine. "Deseamos animar a los profesionales de atención de salud a conversar sobre el tema y a exhortar a los pacientes y a sus parejas a que hablen de ello".
Los autores de la declaración reportan que menos del uno por ciento de los ataque cardiacos agudos se relacionan con la actividad sexual. Entre las personas que han sufrido un ataque cardiaco, participar en actividad sexual aumenta el riesgo de otro ataque cardiaco o muerte "de 10 probabilidades en 1 millón por hora a entre 20 y 30 probabilidades en 1 millón por hora", según el informe.
La investigación ha hallado que la muerte súbita es extremadamente poco común durante la actividad sexual. Pero cuando ocurre, casi siempre es en los hombres, y mayormente entre los que tienen sexo extramarital, "en la mayoría de casos con una pareja más joven en un ambiente desconocido y/o tras un consumo excesivo de alcohol y comida", según la declaración.
La declaración sugiere que ciertos pacientes cardiacos eviten la actividad sexual, justo igual que otros ejercicios potencialmente arriesgados. "Ciertamente, hay algunos pacientes que tienen síntomas inestables o graves", apuntó Levine, "y para ellos es más importante ser estabilizados y tratados antes de participar en ninguna actividad física significativa".
Los autores de la declaración también escriben que la actividad sexual es "razonable" para las personas que sufren de angina (dolores de pecho) leve y los que tienen enfermedad de las válvulas cardiacas de leve a moderada sin ningún síntoma o con síntomas leves. También es "razonable" para las personas que sufren de fibrilación auricular (una arritmia cardiaca) controlada con marcapasos.
Algunas investigaciones han relacionado los medicamentos cardiacos con la disfunción eréctil. Pero la declaración señala que investigaciones recientes no han conectado directamente los fármacos cardiacos modernos con la afección. "Los fármacos cardiovasculares que pueden mejorar los síntomas o la supervivencia no deben ser eliminados debido a preocupaciones sobre su impacto adverso en la función sexual", según la declaración.
La declaración también advierte que los pacientes cardiacos de sexo masculino que toman nitratos para el dolor de pecho deben evitar los fármacos para la disfunción eréctil. Pero es "razonable" que las mujeres postmenopáusicas con enfermedad cardiaca usen estrógeno tópico o vaginal para tratar el coito doloroso.
La Dra. Reena Pande, cardióloga del Hospital Brigham and Women's de Boston, dijo que la declaración incluye mucho sentido común.
"Si uno es activo y asintomático [sin síntomas], no hay problema. Si con frecuencia tiene dolor de pecho, le falta el aire y sufre de palpitaciones, probablemente no deba tener relaciones sexuales", comentó Pande. "Y si su caso es mixto, quizás el médico deba hacer algunas pruebas para ver si el sexo es seguro para usted".
Específicamente para los médicos, la declaración ofrece unas pautas útiles sobre exactamente cuándo la actividad sexual es buena idea, por ejemplo de seis a ocho semanas tras una cirugía de corazón abierto, señaló.
Pande también concurre con el mensaje general sobre la comunicación entre médicos y pacientes.
"Hable con su médico sobre el sexo. Su médico puede ayudarle a averiguar qué es seguro y qué no", afirmó. "Comprendemos que quizás sea un tema incómodo, pero es mejor hablarlo con el médico que ponerse en riesgo. La comunicación es esencial. No podemos saber que tiene un problema a menos que nos lo cuente".
La declaración aparece en la edición en línea del 19 de enero de la revista Circulation.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Glenn N. Levine, M.D., professor, medicine, Baylor College of Medicine, Houston; Reena Pande, M.D., cardiologist and instructor, medicine, Brigham and Women's Hospital, Boston; Jan. 19, 2012, Circulation, online
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_121042.html
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