“Hay una probabilidad entre 800 mil de que tu hijo sea estrella del fútbol, pero hay una probabilidad entre 150 de que tenga autismo” En muchas ocasiones se habla del autismo, se menciona, pero realmente son muy pocas las personas que conozcan cuáles son los síntomas.
¿Qué es el autismo?
La palabra autismo significa etimológicamente “Tendencia a alejarse del mundo exterior y dirigir el interés y la atención al propio interior”. El autismo forma parte de los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) que se caracteriza por el retraso y las alteraciones en diferentes ámbitos del niño tanto a nivel social, cognitivo como a nivel comunicativo.
Características principales
Los síntomas del autismo se enfocan en cuatro áreas fundamentales de la vida del niño: dificultad o ausencia de interacción con los demás, problemas en los mecanismos de expresión y comunicación, el desarrollo cognitivo y, también suelen aparecer algún tipo de conductas de carácter estereotipado (conductas repetitivas, rutinas, etc).
Un aspecto que debemos de tener en cuenta cuando hablamos de autismo es que éste suele cursar con otro tipo de síndromes y, a su vez, toda la sintomatología dependerá de la edad del niño y de la gravedad.
Origen del autismo
El origen del autismo aún está por determinar, hasta el momento lo que los diversos estudios sobre autismo y los científicos han asegurado es que no se trata de una única causa biológica si no que está relacionado con varios factores que entremezclan la herencia, la biología y el nacimiento.
La hipótesis más fuerte es que es la combinación de diferentes alteraciones generalizadas de las funciones del sistema nervioso central, rechazando que pueda estar relacionado con la actitud de los padres respecto al niño.
Síntomas por edad
En los dos primeros años de vida los síntomas se enfocan en la alimentación, trastornos del sueño, la relación con los padres y, en ocasiones, puede haber ligeros retrasos del desarrollo motor. Respecto a la relación con los padres, algunas de las conductas que pueden manifestarse es que el niño no mire a los padres a la cara o no haya contacto visual en la comunicación, que no siga a la madre por la casa, no eche los brazos para que le cojan, entre otras. El niño puede mostrarse irritable con un llanto muy frecuente.
A los tres años el niño muestra preferencia por los objetos que por las personas, no hay contacto visual durante la comunicación, suele jugar de forma estereotipada con la que no se corresponde la funcionalidad del juguete, no responde a las órdenes, el lenguaje está ausente y cuando se presenta es peculiar. A su vez, también puede mostrarse hipersensible ante determinados ruidos en los que se tapa los oídos o incluso, puede rechazar el contacto físico.
De entre los tres a los cinco años los niños ya presentan los síntomas clásicos del autismo: déficit cognitivo, intenso retraimiento, desinterés por las relaciones interpersonales y trastornos del lenguaje.
A los seis años podría verse una mejora leve en algunos aspectos, el niño puede mostrar más apego hacia los padres y su lenguaje evoluciona pero de forma patológica. En el caso de que el niño haya desarrollado algún tipo de conducta de autolesión o auto estimulación se incrementan o pueden aparecer.
Intervención
Es fundamental que haya una detección rápida sobre el autismo para que pueda recibir la ayuda que necesita, según la asociación española de autismo, “no hay incapacidad o ausencia de relación sino dificultades para comunicarse” y esto puede tratarse con los profesionales adecuados.
Debemos de entender que este trastorno va a durar toda la vida pues no tiene cura, pero sí que se le puede ayudar a vivir mucho mejor, con calidad de vida, enseñarle a comunicarse, a vivir de forma independiente (porque muchos pueden hacerlo).
La intervención más importante es ayudarles a que se desarrollen como sujeto dentro de sus características personales, respetando su individualidad.
Este vídeo es uno de los que más me gustan para explicar el autismo:
Fuente: “Psiquiatría del niño y del adolescente: Método, fundamentos y síndromes” Mardomingo Sanz. // autismo.org.es
Imágenes: esmas.com, cuidadoinfantil.net
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