Recientemente veíamos los principales beneficios del boniato, uno de los alimentos típicos del otoño al igual que las castañas, un fruto seco también repleto de nutrientes que nos obsequia con un sabor de lo más agradable, sobre todo si están asadas.
Veamos las ventajas de comerlas habitualmente durante los próximos meses:
Sistema digestivo
Las castañas contienen tanto fibra insoluble como soluble. El primer tipo crea mayores heces y ayuda a que pasen de forma rápida a través del sistema, lo que reduce el riesgo de estreñimiento, mientras que el segundo ayuda a reducir el colesterol y estabilizar los niveles de azúcar en la sangre.
Niveles de energía
A diferencia de la mayoría de frutos secos, las castañas son ricas en carbohidratos, los cuales son necesarios para la energía tanto a corto como a largo plazo. Además, se trata de carbohidratos complejos, que al digerirse lentamente dan más energía y durante más tiempo que los simples. Este aspecto de las castañas también las hace beneficiosas para el sistema nervioso.
Función cerebral
Las generosa mezcla de vitaminas del grupo B que aportan las castañas ayudan a mejorar la función cerebral, lo que las convierte en un alimento muy recomendable para los estudiantes y las personas de la tercera edad.
Reducción del riesgo de enfermedades
Las castañas ayudan a prevenir el cáncer y las enfermedades del corazón debido a su alto contenido en manganeso, el cual juega un papel clave en el proceso de envejecimiento celular según la Universidad de Maryland. No nos olvidemos de que el manganeso también ayuda con la producción del sistema conectivo y la coagulación sanguínea.
Fortalecimiento de los huesos
Los huesos, la formación de glóbulos rojos, la función nerviosa y el sistema inmunológico se beneficiarán del contenido en cobre de las castañas, un mineral que el cuerpo sólo necesita en pequeñas cantidades.
Fuente: http://www.nutridieta.com/cinco-razones-para-comer-castanas-este-otono/
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