Hace ya un mes que los niños han empezado el curso escolar. Los más pequeños incluso puede que algunos días más.
Los primeros mocos, resfriados, y virasis en general ya hace días que llegaron para instalarse a pasar calentitos el otoño y el invierno.
Imagen de Mónica Lalanda
También las primeras bronquitis y problemas respiratorios. En la última semana ya hemos tenido dos ingresos por infección por el virus respiratorio sincitial (VRS), la "bestia negra" del invierno pediátrico.
La presencia de mocos en las narices (y bocas, y ojos, y gargantas) de los niños es un tema recurrente en las consultas. También por esta página me he referido en diversas ocasiones a ellos. A menudo le digo a las familias, que mejor que los ignoren un poco: fácilmente su hijo pequeño va a tener mocos una gran parte de la temporada, así que es mejor intentar llevar la convivencia lo mejor posible.
Los mocos son muy pesados. En sus momentos álgidos, no dejan respirar, no dejan comer, no dejan casi hablar, y hacen toser. Los niños están más irritables, a veces están hartos (y los padres también!).
Pero son solo mocos.
Los mocos no son peligrosos.
En realidad son la forma que tienen nuestros orificios respiratorios de defenderse de los ataques. Y en la mayoría de casos los mocos lo que hacen es crear una barrera que impide que los gérmenes exploren territorios más profundos.
Uno de los principales miedos de los padres es que los mocos "les bajen al pecho". En realidad la "bajada al pecho" tiene más relación con la capacidad virulenta del germen en cuestión y de las características del niño (su predisposición "natural" a hacer bronquitis o a no hacerla) que de la presencia o no de mocos. De esta manera, de entre todos los niños que tienen mocos, unos tendrán mocos y nada más y otros tendrán mocos y más adelante bronquitis, bronquiolitis o hiperreactividad bronquial sin que podamos en realidad hacer nada para que la evolución a la vía respiratoria baja siga su curso. Medicar con ese objetivo no tiene demasiado sentido....
Así que ante la pregunta de si se puede hacer algo para evitar que los mocos "bajen al pecho", la realidad es que no.... Lo mejor siempre es la prevención primaria, es decir, evitar que los virus entren en contacto con los niños -algo difícil en convivencia, cierto-.
Ante los mocos, lo más eficaz es una higiene con suero fisiológico y cuando vayan a dormir, elevar un poco el cabezal de la cama para facilitar que respiren mejor. En el caso de bebés pequeños puede ser útil fraccionar la alimentación. Si la tos empeora o se hace más constante, si aparece fiebre elevada y sobretodo dificultad respiratoria (una vez tenemos la nariz limpia), es momento de consultar al pediatra. En el resto de los casos....si no puedes con tu enemigo, únete a él.
Fuente: http://www.dra-amalia-arce.com/2014/10/evitar-que-los-mocos-le-bajen-al-pecho.html
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