Como bien dijo el director de cine Tom Hooper, “todos tenemos obstáculos entre nosotros y la mejor versión de nosotros mismos; la timidez, la inseguridad, la ansiedad...”.
Superarlos lleva su tiempo, pero está en nuestras manos.
Entonces, ¿por qué no empezamos ahora mismo?
Hoy apuntaremos a la ansiedad.
#1 Un cerebro ansioso
El problema: La secreción crónica de cortisol afecta a la memoria. También, puede derivar en un estrés perpetuo, así como en depresión y en otros trastornos por ansiedad.
La solución: Ponle un freno a tu autoexigencia o, ¡terminarás por explotar! Debes a aprender a quererte un poco más y a ser más benévola contigo misma.
¿Cómo?
Disfruta de lo que haces. Esto mejorará tu calidad de vida y espantará a la ansiedad. Esta es la ecuación: cuanto mejor vivas tu presente, menos ansiedad sufrirás.
#2 Músculos duros
El problema: Cuando sientes ansiedad, las hormonas suprarrenales y las hipofisarias comienzan a fluir por tus venas y entras en un estado de alerta.
Como consecuencia, tus sentidos se agudizan y tus músculos se tensan. Y, si el aparente peligro no se va (como sucede con el estrés crónico), el cuerpo pierde la capacidad de retornar al equilibrio.
¿El resultado? Músculos contracturados.
La solución: Equilibra un poco más tu vida; ella es mucho más que tu trabajo. Así que, para empezar, regálate algo de tiempo para ti todos los días y realiza la actividad que más te guste (leer, caminar, pintar..). Por otro lado, no dejes de cultivar a tus amistades; estas representan una dimensión fundamental en la preservación de una vida balanceada.
#3 Intestino estresado
El problema: Ante el estrés, el cuerpo produce más ácidos digestivos y estos pueden terminar por perjudicar a tu estómago. Además, este cambio suele trastocar el modo por el cual el organismo procesa las grasas y estimular la acumulación de grasas en el abdomen.
La solución: Masajea los músculos que se encuentran entre tu pulgar y tu dedo índice en movimientos circulares. Un estudio llevado a cabo en la Universidad Politécnica de Hong Kong demostró que si realizas esta práctica con aceite esencial de lavanda durante 30 segundos, puedes llegar a disminuir tus niveles de estrés hasta en un 39%. Por otro lado, ¡el tai chi es también muy efectivo!
Información recomendada: Video: 24 posiciones iniciales de tai chi
#4 Un sistema nervioso simpático, ¡nervioso!
El problema: La ansiedad acelera el ritmo cardíaco y el de la respiración, eleva lapresión arterial y estimula a las glándulas sudoríparas. Y, como si todos estos efectos no alcanzaran, también estrecha los vasos sanguíneos con el fin de reducir el sangrado en el supuesto caso de un ataque.
Todas estas consecuencias son fundamentales para enfrentar un posible peligro, pero cuando se convierten en crónicas poseen el potencial de bajar las defensas y hacernos más vulnerables a enfermedades que van desde un simple resfrío hasta el cáncer.
La solución: ¡No te tomes todo tan a pecho! Rodéate de gente alegre y aprende a reírte de ti misma. Diversos estudios han demostrado que la risa (incluso cuando no es del todo sincera) contribuye a disminuir los niveles de estrés.
http://otramedicina.imujer.com/146669/sana-a-tu-cuerpo-de-los-estragos-de-la-ansiedad-sin-pastillas
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