Según un estudio, aunque las calorías sigan siendo las mismas, los niños obesos experimentaron un mejor nivel de presión arterial, de colesterol y de azúcar en la sangre.
MARTES, 27 de octubre de 2015 (HealthDay News) -- Reducir la mayor parte del azúcar en la dieta de un niño puede mejorar su salud de forma inmediata, incluso si la dieta sigue conteniendo la misma cantidad de calorías y carbohidratos que antes, según un estudio reciente.
Los investigadores hicieron que un grupo de 43 niños obesos realizaran una dieta de 9 días que restringía de forma severa la ingesta de azúcar, pero reemplazaron los azúcares añadidos con alimentos almidonados para mantener la ingesta de calorías y carbohidratos de los niños.
Esa dieta provocó una inmediata reducción de su hipertensión y una mejora en sus niveles de azúcar en la sangre y de colesterol, hallaron los investigadores.
"Cada aspecto de su salud metabólica mejoró, sin cambiar las calorías", señaló el autor del estudio, el Dr. Robert Lustig, endocrinólogo pediátrico en el Hospital Pediátrico Benioff de la Universidad de California, en San Francisco. "Este estudio muestra sin lugar a dudas que el azúcar es metabólicamente perjudicial, no por sus calorías ni por sus efectos en el peso. Más bien, el azúcar es metabólicamente dañino porque es azúcar".
El hallazgo hace que se planteen preocupaciones serias sobre los efectos del azúcar en la salud, y hace un llamado a que se ponga en cuestión la creencia, largo tiempo mantenida, de que "una caloría es una caloría" independientemente del alimento de la que proceda, dijo el Dr. Jeffrey Mechanick, director de soporte metabólico en la división de endocrinología, diabetes y enfermedades óseas de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
"Es un estudio importante que se suma al conjunto de evidencias, y realmente nos insta a que examinemos el hecho de que los patrones alimentarios, y qué es un patrón alimentario sano para el público estadounidense, son tan importantes como la ingesta calórica", comentó Mechanick, que es presidente electo del Colegio Americano de Endocrinología (American College of Endocrinology) y ex presidente de la Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos (American Association of Clinical Endocrinologists).
Para realizar el estudio, los investigadores reclutaron a niños de 8 a 18 años que eran obesos y que tenían al menos otro problema metabólico crónico, como hipertensión, un nivel elevado de colesterol o señales de resistencia a la insulina.
El estudio solamente contó con niños negros e hispanos, debido a su riesgo más alto de sufrir ciertas afecciones asociadas con el síndrome metabólico, como la hipertensión y la diabetes tipo 2.
Los investigadores proporcionaron a los participantes del estudio alimentos para nueve días, incluyendo todos los refrigerios y las bebidas.
El menú se elaboró para que los alimentos fueran adecuados para los niños, pero restringía los alimentos llenos de azúcares añadidos, como los cereales ricos en azúcar, las tortas y el yogur azucarado.
Todos los alimentos (que incluían perritos calientes de pavo, papas fritas y pizza) procedían de supermercados locales, y los investigadores proporcionaron carbohidratos almidonados a partir de alimentos como las roscas, los cereales y la pasta para reemplazar a los carbohidratos que normalmente tendrían los artículos azucarados.
El resultado final: los niños consumieron la misma cantidad de carbohidratos, pero su ingesta total de azúcar dietética se redujo de un 28 a un 10 por ciento.
Se dio a los niños una báscula y se les pidió que se pesaran todos los días. Si empezaban a perder peso de forma drástica, se les daba más alimentos bajos en azúcar, de modo que la pérdida de peso se descartara como factor en cualquiera de los efectos positivos para la salud que se pudieran observar.
Después de 9 días con la dieta restringida de azúcar, prácticamente cada aspecto de la salud metabólica de los participantes mejoró sin que hubiera un gran cambio en su peso.
La presión arterial empezó a modificarse hasta niveles más próximos a la normalidad, y los niveles de triglicéridos y del colesterol LDL ("malo") se redujeron. El nivel de glucosa en la sangre en ayunas se redujo en 5 puntos, y los niveles de insulina se redujeron en un tercio, mostraron los hallazgos.
"Hicimos que niños que estaban enfermos se volvieran sanos", dijo Lustig. "No la revertimos completamente, pero en 10 días conseguimos revertir su disfunción metabólica en gran medida, sin que hubiera un cambio en la calorías ni en el peso".
Sin embargo, el sector del azúcar no se mostró de acuerdo con los hallazgos.
"El estudio más reciente del Dr. Lustig no logra dar una precisión científica a preguntas importantes que requieren de respuestas legítimas", afirmó La Asociación del Azúcar (The Sugar Association) en una declaración.
"El estudio fue diseñado para asegurarse de que los sujetos mantenían su peso corporal", señaló el grupo, pero "a medida que el estudio se iba desarrollando, los sujetos no lo hicieron. 33 de los 43 participantes perdieron peso, un promedio significativo de 2 libras (0.9 kg) por persona en 9 días. Esto hace que sea imposible separar los efectos de la pérdida de peso de los cambios dietéticos en las variables de salud medidas".
La asociación añadió que el estudio tenía datos insuficientes sobre qué tipo de azúcares (especialmente fructosa) había en las dietas de los niños, y el estudio contó con la información reportada por los mismos participantes, lo que la asociación calificó como "no fiable".
Pero Lustig comentó que otros estudios han mostrado que el azúcar puede tener efectos metabólicos perjudiciales más allá del aumento de peso a través de las calorías adicionales.
El azúcar presente en los alimentos está compuesto por dos azúcares simples llamados glucosa y fructosa, y los estudios han mostrado que la fructosa puede fomentar el envejecimiento celular, dijo.
La fructosa también actúa directamente sobre el sistema de recompensa en el cerebro de una persona, lo que le hace desear más azúcar. "Cuanto más azúcar se ingiere, más se quiere", señaló Lustig.
Estos hallazgos muestran que las personas harían bien si siguen las directrices dietéticas que ya animan a limitar la ingesta de azúcar y a comer más fruta y verdura, dijo Mechanick.
Pero indicó que el estudio contó solamente con un pequeño grupo de niños durante un periodo corto de tiempo, y se ha de replicar en un grupo más amplio.
"Es un estudio importante que añadir al conjunto total de evidencias", dijo Mechanick. "Obviamente, va a ser necesario corroborarlo en un ambiente distinto y con una población distinta".
El estudio aparece en la edición en línea del 27 de octubre de la revista Obesity.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Robert Lustig, M.D., MSL, pediatric endocrinologist, UCSF Benioff Children's Hospital San Francisco; Jeffrey Mechanick, M.D., F.A.C.P., F.A.C.E., F.A.C.N., E.C.N.U., clinical professor and director, metabolic support, division of endocrinology, diabetes and bone disease, Mount Sinai Icahn School of Medicine, New York City; Oct, 27, 2015, statement, The Sugar Association; Oct. 27, 2015,Obesity, online
HealthDay
Traducido del inglés: miércoles, 28 de octubre, 2015
https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_155413.html
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