La noticia que yo sepa no ha trascendido a los medios de comunicación de España. El laboratorio Sanofi ha sido sentenciado por primera vez como parte del escándalo del medicamento Dépakine que se usa para tratar la epilepsia. La compañía tendrá que pagar casi 3 millones de euros a la familia y al fondo de seguro médico.
El Tribunal de Apelaciones de Orleansconfirmó por primera vez la responsabilidad del gigante farmacéutico en las malformaciones que sufre un niño cuya madre tomó el antiepiléptico.
El tribunal confirmó la decisión de la instancia de tribunal mayor de Tours de 2015 y culpa a Sanofi por vender un “producto defectuoso”. El texto,s egún la prensa francesa dice que el medicamento es
un producto que no ofrece la seguridad que legítimamente se puede esperar”.
De los tres millones de euros que ha de desembolsar la multinacional, más de dos millones de euros son para compensar por los terribles daños físicos y morales sufridos a la familia, incluyendo una pensión de por vida a la joven que tiene “un síndrome de malformación general, las anomalías de las extremidades superiores”.
También se ha ordenado a Sanofi que reembolse todos los costos pagados por el fondo de seguro médico (más de un millón de euros) por los gastos de intentar recuperar la salud de la víctima. La presidenta de la Asociación de Asistencia por el Síndrome Anticonvulsivo (Apesac), Marina Martín, ha comentado que esta sentencia confirma la falta de información sobre los peligros del producto para las mujeres embarazadas que denunció durante casi siete años. Según ella, Sanofi
Hace no mucho contactó conmigo una mujer a la que los médicos le han comunicado que su hijo con probabilidad tenga el Síndrome de Asperger (que forma parte de los trastornos del espectro autista) por consumir el medicamento Depakine durante el embarazo. Esto es sabido desde hace tiempo ya pero los casos se multiplican.
Llama la atención la ligereza con la que se receta y que con lo que se sabe sobre los daños que puede provocar en el feto, continúe rectándose a embarazadas. A principios de junio de 2013 advertimos que los fármacos cuyo principio activo es el valproato, como Depakine, pueden causar graves daños en los fetos durante el embarazo.
En enero de 2015, la Agencia Española de Medicamentos lanzó una advertencia corroborando que Depakine está provocando bebés con malformaciones. Al mes siguiente, en febrero, el mismo organismo advirtió que este medicamento causa también enfermedades de las mitocondrias.
El Depakine (mirad bien su principio activo pues además de sus genéricos existen varias marcas en el mundo: Depakote, Depamide, Micropakine) viene comercializándose desde finales de los años 60 del siglo pasado y ya en los 80 se conocieron los efectos secundariosque podía causar en fetos.
Es la primera vez en España que una asociación de víctimas por un medicamento se querella contra la casa madre de una multinacional farmacéutica con sede fuera de España. El grupo empresarial francés Sanofi comercializó el producto Agreal, cuyo principio activo es la veraliprida, desde el 3 de diciembre de 1979 en seis países de la Unión Europea (UE): Francia, Italia, Portugal, Bélgica, España y Luxemburgo. En España desde el año 1983.
Mucho tiempo después, en el año 2005, Agreal es retirado del mercado español porque no supera la relación beneficio/riesgo debido a las reacciones adversas graves, sobre todo las neurológicas y las psiquiátricas. Pero muchas mujeres aún hoy sufren sus graves daños. Esperemos que la Justicia española actúe con la misma cordura que la francesa.
Por Miguel Jara
13 de diciembre de 2017
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