Cada sabor genera un efecto diferente tanto a nivel físico como emocional.
Saber esto te permite usarlo a tu favor para sentirte mejor.
Actualizada 14/06/2019
Por Majo López Claro*
¿Alguna vez te detuviste a pensar que te genera degustar ciertos alimentos?
Todo lo que comes tiene cierto sabor, y cada cual tiene un efecto particular en tu mente y cuerpo. Al entender esto, puedes utilizar el predominio de uno u otro como herramienta para el tratamiento de enfermedades, para cambiar malos hábitos o simplemente para mejorar tu digestión.
Lo primero que hay que aclarar es que gusto y sabor no son lo mismo. ¿Por qué?
El gusto origina la bioquímica del alimento, sus elementos constitutivos, mientras que el sabor -o rasa según la medicina ayurveda- es la química del alimento reconocida en el cerebro, es decir la percepción final de todas sus cualidades: olor, textura, temperatura, gusto e incluso el ruido al masticarlo.

1. Dulce
Presente principalmente en los granos, pasta, arroz, pan, vegetales almidonados, lácteos, azúcar, miel.
El dulce incrementa todos los tejidos y los nutre, promoviendo el desarrollo de un cuerpo robusto y firme. Da fuerza, estabilidad, vigor y vitalidad. Además, alivia la sensación de quemazón, elimina el hambre y la sed.
Es un sabor pesado y oleoso, frecuentemente frío, por lo que no estimula especialmente la digestión. Genera estructura y calma a la mente. En exceso, puede ocasionar sobrepeso, pesadez, resfríos, mucosidades, malestares digestivos, al bajar el poder de digestión -agni-.

2. Ácido
Lo encontramos en las frutas cítricas, tomates, alimentos encurtidos, aderezos para ensaladas como el vinagre o aceto, bebidas alcohólicas.
Favorece la eliminación de deshechos e incrementa el flujo de saliva y jugos digestivos. Además, aumenta el apetito, mejora la digestión y absorción de minerales.
También agudiza el enfoque a nivel mental. En exceso, da sensación quemante e hiperacidez, problemas de piel, urticaria y sensibilidad dentaria.
A nivel emocional, su efecto positivo es que fomenta la búsqueda de posesiones y aumenta el deseo. Su efecto negativo son la envidia y los celos, y la depreciación de las cosas deseadas.
3. Salado
Lo hallamos principalmente en sales minerales, salsa de soja y algas.
Es el sabor que realza a todos los demás y favorece la digestión. Además, suaviza los tejidos al retener agua, pero si se lo consume en exceso, genera acidez, inflamación, retención de líquidos e hipertensión.
A nivel emocional, el sabor salado tiene como efecto positivo el ánimo por la vida. Su efecto negativo es el hedonismo y el deseo por la indulgencia de todos los placeres sensoriales.
Se encuentra en ajíes, chiles, cebollas, ajo, pimienta cayena, pimienta negra, jengibre, mostaza.
Promueve el movimiento, limpia canales, conductos y destapa obstrucciones, permitiendo eliminar secreciones. Además, ayuda a romper con las toxinas, destruye bacterias y parásitos.
En exceso genera transpiración, quemazón, sequedad de piel e irritación de las mucosas.
A nivel emocional, el efecto positivo del picante es la extroversión y la tendencia a la excitación y la estimulación. Como efecto negativo, fomenta la irritabilidad, la impaciencia y la cólera.
5. Amargo
Está presente en las hortalizas de hoja verde, vegetales verdes y amarillos, col rizada, apio, brócoli, brotes, remolachas.
El sabor amargo reduce la ansiedad por la comida. Además, tiene un efecto detox, depurativo, anti bacterial y anti parasitario. También ayuda a mantener una piel firme, reducir el peso y eliminar el exceso de líquido. Sin embargo, si se lo consume en exceso, genera sequedad, insomnio, ansiedad .
El efecto positivo que este sabor genera a nivel emocional es una sensación de insatisfacción que lleva a un deseo de cambio.
Pero como efecto negativo, genera decepción, pena y frustración.
6. Astringente

Tiene un efecto secante, por lo que reduce todas las secreciones, como saliva, moco, orina y sudor.
Además, es cicatrizante y reduce el sangrado. Si se lo ingiere en exceso, puede causar sequedad excesiva, constipación y envejecimiento prematuro.
A nivel emocional, el sabor astringente genera, como efecto positivo, introversión. Su efecto negativo es que fomenta la inseguridad y el miedo.
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Ahora que conoces los efectos que cada sabor genera en tu cuerpo y tus emociones, los puedes usar a tu favor, para estar cada día mejor.
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