Los granos en el pene son muy comunes, y se hacen presentes en muchos varones. En la mayoría de los casos, se ocasionan por causas normales que no necesitan tratamiento.
En este artículo te vamos a contar cuáles son los principales causantes y cómo afrontarlos.
Los granos en el pene tienen su pico de presentación en la edad adolescente. Sobre todo se asocian a varones que padecen acné en otras partes del cuerpo. Aun así, hasta los cuarenta años se considera una edad de frecuente aparición.
Algunas series de estudios epidemiológicos identificaron que unos ocho de cada diez varones refieren o han referido alguna vez granos en el pene, lo que denota la alta prevalencia de la situación. Esto también refleja que es una consulta frecuente entre los hombres.
¿A qué se deben los granos en el pene?
Tenemos que entender primero que, anatómicamente, el pene se encuentra rodeado por una piel fina y deslizable. La delgadez de esa piel, y la capacidad de desplazarse, la vuelve susceptible. Este tegumento finaliza en lo que conocemos como prepucio, que sería la parte de piel que recubre el glande.
El glande es una zona que se afecta con los granos del pene. Tiene dos partes: un vértice, donde está el orificio para orinar y eyacular, y una base que se denomina corona del glande. La corona tiene por debajo un surco que está en contacto con el prepucio y con el frenillo, que es una pequeña estructura que une la piel del pene con el glande.
En el glande hay glándulas y papilas que son visibles a simple vista y que pueden confundirse con granos patológicos cuando agrandan un poco su tamaño. Las más conocidas son las glándulas de Tyson, pero no representan peligro para la salud.
Lo que te vamos a enumerar ahora son las causas más frecuentes de granos en el pene para que sepas cuáles son preocupantes y cuáles no necesitan intervención. Estas son las 8 causales más habituales:
1. Espinillas o granos en el pene
La espinilla es el típico grano en el pene. Similar a la que se hace presente en el rostro cuando padecemos acné. Tienden a localizarse en los bordes del glande y se hacen evidentes a la vista cuando movemos el prepucio.
Hay un tipo particular que son los granos de Fordyce. Son puntos pequeños y blancos que no duelen. Se trata de glándulas sebáceas y no requieren tratamiento alguno.
Los granos en el pene pueden aparecer como unos puntos pequeños y blancos que no generan dolor.
En este caso, no es necesario darles un tratamiento.
2. Úlceras peneanas
La úlcera es una solución de continuidad. A diferencia del grano típico que sobresale, la úlcera fabrica un sacabocado en la piel. La úlcera en el pene se vincula fuertemente a la enfermedad de transmisión sexual del herpes genital.
Cuando se trata de herpes genital, es común que un síntoma sea el dolor intenso, inclusive acompañado de fiebre. Esta patología requiere tratamiento inmediato, por lo que la úlcera debe ser consultada con un médico. Además es una infección contagiosa.
3. Folículos pilosos como granos en el pene
Los vellos de los testículos y de la base del pene pueden aparentar un grano en la zona donde se insertan en la piel. Es común que generen confusión y consultas médicas porque pueden hacerse evidentes en gran cantidad.
Los folículos pilosos son estructuras anatómicas normales siempre que haya pelo o vello en el cuerpo. No requieren tratamiento de ningún tipo y no son un peligro para la salud; al contrario, son indispensables.
4. Ampollas
Las ampollas son colecciones de líquido sobre la piel. Aparecen cuando hay quemaduras de segundo grado en adelante o cuando se manifiesta una infección, posiblemente de transmisión sexual si la localización es el pene. Aquí se requiere consulta especializada, en lo posible con algún dermatólogo.
5. Quistes escrotales
El quiste es un grano de un tamaño considerable que contiene en su interior líquido. No es sólido por dentro, ni tampoco tiene la configuración habitual de una ampolla. En general, se trata de un líquido blanco que puede fluctuar hasta que sale al exterior.
Si bien no son muy frecuentes, algunos varones prefieren la extirpación por motivos estéticos. Realmente no representan un riesgo para la salud y no es necesario tratarlos, a menos que crezcan de tamaño lo suficiente para alterar el funcionamiento del pene o de los testículos.
6. Verrugas
Los granos en el pene de color marrón que conservan humedad en su parte superior son sospechosos de verrugas genitales, sobre todo si la forma tiende a parecerse a una coliflor. Es importante reconocerlos porque pueden diagnosticarse como infecciones por el virus del papiloma humano.
Las verrugas son indicativas de enfermedades de transmisión sexual y deben tratarse lo más rápido posible. Cuando se trata del virus del papiloma humano, puede resultar más perjudicada la mujer que mantiene relaciones con el varón infectado que el varón mismo, ya que en el cuello del útero este virus es precursor de cáncer.
La presencia de verrugas en el pene puede ser señal de una infección de transmisión sexual. Por tanto, requieren atención profesional.
Sigue descubriendo: Verrugas genitales: por qué aparecen y cómo tratarlas
7. Ampollas blancas
El liquen plano es una enfermedad poco conocida y difícil de diagnosticar. También se conoce como esclerosis del pene, y puede aparecer en el glande, en el prepucio o en el cuerpo del pene, generalmente formando una línea de ampollas blancas.
La enfermedad es autoinmune, es decir que el mismo cuerpo ataca estructuras propias. No es una infección y no se contagia de persona a persona. El liquen plano puede resolverse solo en el transcurso de un año, pero a veces requiere intervención médica.
Si las lesiones viran a un color rojo y una textura de terciopelo deben analizarse de inmediato, porque se vuelven sugestivas de cáncer de pene.
8. Pápulas peneanas o perladas
El veinte por ciento de los varones tienen estos granos en el pene, específicamente alrededor del glande. Algunos estudios identificaron una prevalencia mayor, de hasta cuatro varones de cada diez, menores de veinticinco años, con pápulas perladas
Médicamente esta pápula es un angiofibroma, es decir una formación combinada de vasos sanguíneos diminutos y tejido fibroso. No es infeccioso, no requiere tratamiento y no pone en riesgo la salud del paciente.
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