Escandaloso lo que ha ocurrido con el medicamento más usado en la Covid, la hidroxicloroquina. Primero la Organización Mundial de la Salud (OMS) para un gran estudio que estaba haciéndose sobre el principio activo.
El trabajo ofrecía datos sobre un número indeterminado de muertes asociadas al medicamento. Pero resulta que The Lancet, la prestigiosa revista que lo había publicado, se retracta. El ensayo no tenía la suficiente calidad (si no era totalmente falso).
Finalmente, sólo una semana después, la OMS decide continuar con ese gran ensayo que estaba haciéndose en multitud de países y que se había parado por la aparición del estudio de Lancet.
En efecto, la noticia caía como una bomba pues la organización sanitaria más poderosa del mundo, la OMS, estaba haciendo un estudio llamado Solidaridad para comprobar la eficacia y seguridad del remedio más utilizado para la Covid.
La decisión se tomaba cuando una de las biblias de la medicina moderna, la revista The Lancet publica un ensayo clínico sobre los efectos de la hidroxicloroquina en personas hospitalizadas con Covid-19.
Los investigadores observaron entre los pacientes que recibieron este medicamento una ausencia de mejoría, una mayor tasa de mortalidad y mayor frecuencia de arritmias ventriculares… pero resulta que días después Lancet se retracta sobre los riesgos de la hidroxicloroquina en pacientes de Covid-19.
Tres de los cuatro autores del estudio que relacionaba el tratamiento con un aumento de las tasas de mortalidad aseguran entonces que no pueden garantizar la veracidad de los datos. La clave está en la compañía supuestamente especializada en análisis de datos médicos Surgisphere Corporation y su fundador, Sapan Desai, que también figura como firmante de la investigación.
Las empresas biomédicas que reúnen datos de pacientes en estudio clínicos tienen protegidos los mismos y no tienen porqué revelarlos, así que esta empresa aprovechó esa condición para suministrar a los investigadores lo que le pareció bien, a saber con qué intención.
Que la hidroxicloroquina sea un buen fármaco para la Covid todavía no se sabe con certeza aunque lleva varias décadas usándose para la malaria. Pero muchas personas llaman la atención sobre que hace ya tiempo que no tiene patente pues ya caducó, con lo que no es muy interesante como negocio.
Si otro periódico, The Guardian, no hubiera puesto en duda el método y los datos revelados quizá no se hubiera sabido nada del escándalo. O quizá sí pues la comunidad científica hoy está más alerta dado que no es la primera vez que ocurre una cosa así. He hecho, más de 100 científicos de todo el mundo habían firmado una carta dirigida a The Lancet en la que cuestionan los resultados por problemas metodológicos.
Algo que urge es controlar cómo operan las compañías de recopilación de datos médicos. La historia de Surgisphere es algo truculenta.
¿Cómo recopilan esos datos? Se supone que de manera legal. ¿En qué condiciones los guardan? ¿Cómo los venden?
Y sobre todo lo comentado, no hay derecho a que se trafique con datos de personas que participan en estudios clínicos sin transparencia.
Luego, las consecuencias de la toma de decisiones basadas en esos datos «privatizados» son públicas y como en este caso a nivel mundial y en una situación de emergencia sanitaria de la que algunos se aprovechan.
También hay que reflexionar sobre que una vez más las revistas científicas de prestigio se dejan el idem por el camino. Está claro que estas también deben ampliar sus controles.
Es necesario conciliar los modos de evitar desperdiciar recursos de investigación, luchar contra la corrupción y hacer avanzar la biomedicina de manera transparente en favor de la salud pública.
Parece que sí, que la investigación biomédica atraviesa por serios problemas y presiones comerciales y podemos escribir que está en la UCI. La «investigación médica basura» convierte la Ciencia en pseudociencia pero si se toman las medidas adecuadas el paciente sobrevivirá (y más nos vale pues está en juego el conocimiento científico para prevenir y tratar las enfermedades).
Por Miguel Jara 9 de junio de 2020
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