Existen determinados medicamentos muy utilizados por la población que, en contacto con el sol, dan lugar a lesiones cutáneas similares a las quemaduras solares (en ocasiones incluso más intensas).
Esta reacción, imprevisible a priori, se denomina fototoxicidad.
1. ¿En qué consiste la fototoxicidad?
Es una reacción que se produce cuando, tras tomar un cierto medicamento o bien aplicarnos una crema, y entrar en contacto con el sol, nuestra piel se irrita y queda dañada.
El cuadro que solemos encontrar en estos casos es similar al que padeceríamos ante una quemadura solar exagerada: enrojecimiento de la zona en cuestión, inflamación, e incluso aparición de ampollas a ese nivel.
2. ¿Hay personas más predispuestas a sufrirla?
Lo cierto es que no todo el mundo que toma uno de los medicamentos “malditos” padece esta reacción. Se requiere cierta predisposición personal. De todas formas, es un cuadro que puede manifestarse en individuos de cualquier edad.
3. ¿Cuáles son los medicamentos que pueden producir esta reacción?
Entre los que se toman por vía oral, destacan medicamentos tan utilizados habitualmente como ciertos antibióticos (tetraciclinas, sulfamidas), medicamentos para la tensión (diuréticos), determinados antiinflamatorios (piroxicam), la amiodarona… Y por vía tópica, destacan los alquitranes, colorantes, perfumes con aceite de bergamota, plantas como la zanahoria, hinojo, eneldo, limón, naranja, lima, higos…
4. ¿Qué podemos hacer, si es inevitable tomarlos, para evitar la reacción?
Partiendo de la base que lo mejor es retirar el medicamento causante, si eso no es posible, deberíamos cubrir las zonas expuestas al sol, como el escote, la cara, las piernas, para evitar la reacción que origina todo el cuadro.
5. ¿Cuáles son los síntomas de la fototoxicidad? Son similares a los que produciría una quemadura solar exagerada: inflamación, enrojecimiento, aparición de ampollas… Puede dejar, tras curar, pigmentación residual.
6. ¿Cómo se distingue de una simple alergia?
Existe un cuadro similar a la fototoxia, que se denomina fotoalergia, y que se diferencia del anterior en que el mecanismo que lo produce sí es alérgico. Las lesiones son similares. Pero, mientras la fototoxia, dado que es un cuadro irritativo, sólo afecta a las zonas expuestas al sol; en la fotoalergia se irritan también zonas ocultas.
7. ¿Tratamiento?
Evidentemente, siempre que sea posible, consistirá en retirar el medicamento que produjo la reacción. Si no es posible la retirada, tal y como indicábamos antes, debemos cubrir las partes del cuerpo expuestas al sol utilizando gorras, filtros solares elevados (por encima de factor 30)… Como tratamiento sintomático, una pomada con cortisona puede sernos útil. Si predomina el picor, los antihistamínicos por vía oral pueden aliviarlo.
8. Recuadro vertical:
la fototoxicidad no se puede prever. La inmensa mayoría de las personas que toman los medicamentos implicados no desarrolla fototoxicidad. No existen rasgos personales que puedan orientarnos a la hora de deducir que una persona va a presentar fotosensibilidad tras la toma de un determinado medicamento.
El diagnóstico del cuadro sólo puede hacerse cuando una persona que ha tomado un medicamento, que puede ser uno de los referidos en el artículo, o no, presenta una reacción cutánea compatible (quemadura solar, inflamación en la zona expuesta al sol, ampollas). No existen pruebas de laboratorio que permitan confirmar o descartar el cuadro.
Si creemos que hemos padecido un cuadro de fototoxicidad, hemos de acudir a nuestro médico. Nunca hemos de retirar los medicamentos prescritos por nuestro médico de referencia durante varios días antes de consultarle.
Y evidentemente, hemos de evitar la automedicación. Por ejemplo, la cortisona, aunque sea en pomada, aplicada durante un largo período de tiempo provoca atrofia de la piel, entre otros efectos secundarios poco deseables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario