Con cierta frecuencia los medios de comunicación suelen hablarnos de la bondad de las mamografías para detectar cáncer de mama. Pero esto ha sido cuestionado por la ciencia y una parte de la comunidad médica.
Lo último publicado sobre ello es un texto en Archives of Internal Medicine, de H. Gilbert Welch, sobre el escaso-nulo impacto del cribado con mamografía. También lo ha comentado el New York Times: El cribado (screening) del cáncer de mama es absurdo, produce más daños que beneficios.
Especialmente por los medicamentos que se utilizan en los casos de sobre-diagnóstico (más del 40%; es decir, casi la mitad de las mamas extirpadas con cáncer de mama nunca darían metástasis y se sobretratan con cirugía-anestesia, radioterapia y quimioterapia).
Desde 1995 sin dudas acerca de sus daños, escaso beneficio y enorme coste. El equipo CESCA ya lo advertía en 1999:
“Diversos protocolos y programas recomiendan, en España, que los profesionales insistan en el auto-examen de mamas como medida de aplicación universal para la detección precoz del cáncer de mama; también, que se ofrezca la mamografía a mujeres de menos de 50 años y mayores de 69, especialmente en la práctica privada. ¿Disminuyen estas dos recomendaciones la mortalidad por cáncer de mama? La respuesta es negativa“.
En 2006 volvían a reciordar que el afán de prevenir puede ser peligroso. La prevención del cáncer de mama mediante mamografía es un programa muy popular pero que carece de fundamento científico y que puede producir más daño que beneficios. Las mujeres deberían tener la información que se propone en este artículo para decidir. Además, como se publica también estos días el 40% del cáncer de mama no necesita quimioterapia.
Publicado por Miguel Jara el 31 de octubre de 2011
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