¿Siempre quisiste elegir las mejores frutas y verduras pero te tocaban verdes o pasadas en maduración? Aquí algunos tips muy específicos para que desde ahora, lleve de lo bueno.
El comprar frutas y verduras frescas es una labor ordinaria para mucha gente, pero hay quienes continúan cometiendo errores porque no saben elegirlas.
Elegir sólo lo mejor y no equivocarse en tus compras es cuestión de técnica y, sobre todo, de experiencia.
Seguramente, en alguna ocasión te ha pasado que te dejes llevar por el tamaño y una buena apariencia, pero a la hora de utilizarlos te decepcionas que está seca, sin mucha pulpa o en mal estado.
Apio: El tallo es la clave para verificar su frescura; éste debe ser de color verde pálido, de apariencia jugosa y crujiente. Si uno está agrietado, tiene manchas o sus hojas están marchitas, evite comprarlo. Se conserva mejor en refrigeración, sobre todo si lo coloca en una bolsa de plástico con perforaciones. Puede refrigerarse hasta por 10 días.
Calabacita: La de tamaño mediano y color verde claro es tierna y de sabor delicado. Su piel debe estar tersa, brillante y firme. Manténgala en refrigeración y deposítela dentro de la caja de verduras por un lapso no mayor a cuatro o cinco días.
Cebolla blanca: Escoja las más blancas, pesadas, de textura dura y con cáscara superficial de apariencia seca. No compre las que se sientan húmedas o tengan reblandecida la parte del tallo, pues quiere decir que tienen mucho tiempo de almacenamiento.
Las cebollas se conservan a temperatura ambiente en un lugar fresco y sin humedad, pero una vez cortadas es mejor mantenerlas en refrigeración dentro de un recipiente cerrado. El tiempo idóneo de conservación es de entre cinco y seis días.
Elote: Si tiene sus hojas externas, retire una parte para observar sus granos. Al picarlos, deben sentirse medianamente suaves y soltar un líquido lechoso. Si están duros, es señal de que tienen ya mucho tiempo y han perdido frescura o están excesivamente maduros.
Es conveniente no almacenarlos por más de dos días, ya que se tornan duros con relativa facilidad. Es preferible guardarlos sin cáscara para evitar que conserven humedad, pues pueden enmohecerse.
Lechuga: Elija sólo las que estén firmes al tacto, que cedan un poco a la presión, pero nunca aguadas. Es importante que las hojas del exterior tengan buena calidad, pues son las que más nutren y no hay que desecharlas. La pieza ya cortada puede refrigerarse dentro de una bolsa de plástico con perforaciones. Dura no más de dos o tres días, pero cuando está todavía entera es mucho más resistente.
Ajos. Deben estar bien cerrados, tersos, sin manchas y sin germinar, sin golpes o cortes.
Alcachofas o Alcauciles. Los extremos de las hojas no deben pinchar, porque esto indica que la planta es vieja.
Berenjenas. Su piel debe ser brillante y firme, y su tallo, fresco, preferentemente de tamaño mediano para evitar encontrar demasiadas semillas. Las blandas o con manchas pueden tener un sabor amargo.
Brócoli. Selecciona las piezas que muestren las flores más cerradas. Que sea de color verde oscuro, si es muy claro como desteñido, es más probable que tenga mucho tiempo cortado.
Coliflor. Los ramitos deben estar bien compactos, sin manchas y con un color uniforme. Sus hojas deben ser frescas y verdes. Que sean bien blancas en lo posible, no amarillas y sin manchas oscuras.
Espinacas. Sus hojas no deben presentar manchas, su color debe ser uniforme y los tallos, de color verde. No café ni amarillo, en lo posible sin agujeros (los caracoles se las comen). De hojas firmes, no mustias. Las acelgas chiquititas son más tiernas y menos amargas.
Espárragos. Sus puntas deben estar cerradas o compactas y firmes, y su tallos, rectos y frágiles, escogiendo preferentemente los de mayor grosor.
Papa. (Batata, camote o papa dulce también) De preferencia que su color sea uniforme, debe presentar una consistencia dura. Las de cáscara sin tierra son papas lavadas, por lo que generalmente duran un poco menos que las papas con tierra. No se guardan en el refrigerador, sino en un lugar ventilado y con sombra.
Pepino. Su piel debe ser de color verde oscuro y brillante, sin manchas amarillas. Su consistencia debe ser uniforme, ni muy blandos ni muy duros. Preferentemente deben seleccionarse las que sean de tamaño mediano, ya que los grandes pueden tener más semillas y pueden adoptar fácilmente un sabor amargo.
Pimiento morrón. Su piel debe ser tersa, firme y brillante.
Tomates. Su piel debe ser roja, lisa, sin golpes y brillante, y excepto los verdes, en lo posible se deben conservar con su tallo.
Zanahoria. No deben tener cortes ni manchas. Su carne debe ser crujiente y firme. El color verde de sus hojas puede indicar su grado de frescor. Un color pálido podría indicar mucho tiempo sin venderse. Pueden guardarse en el refrigerador y duran como 1 semana antes que empiecen a ponerse blandengues.
Fresa o frutilla: Su apariencia debe ser fresca, brillante, de color rojo intenso y consistencia firme; su tallo y hojas deben verse verdes y no marchitas. Evite aquellas que tengan zonas verdosas o blancas o que estén magulladas. Si están maduras, se deteriorarán con mayor facilidad, por lo que es conveniente lavarlas, desinfectarlas y congelarlas para que pueda hacer uso de ellas a lo largo de un mes.
Mango: Su cáscara debe verse limpia y de color amarillo intenso; su consistencia debe ser firme. Evite comprar los que tengan manchas oscuras o magulladuras. Se conservan perfectamente a temperatura ambiente de tres a cuatro días, y en congelación pueden durar hasta un mes, siempre y cuando se guarden en un recipiente hermético o en bolsas cerradas al vacío, para evitar que tengan contacto con la escarcha del congelador.
Melón: Busque uno de consistencia firme, pero no dura, que al apretar el lado contrario a la zona del tallo se hunda ligeramente. Esto es señal de que está listo para su consumo. Evite los melones que presenten manchas de humedad o que despidan un ligero olor a alcohol en la base.
Para conservarlos, se recomienda tenerlos a temperatura ambiente en un lugar fresco. Deben comerse no más de tres o cuatro días después de haberse adquirido.
Naranja: Seleccione las que tengan tamaño y color uniformes, cáscara lisa y apariencia fresca. Las de cáscara gruesa o dura, con magulladas o con olor fermentado deben evitarse.
Guárdelas a temperatura ambiente en un lugar fresco hasta por una semana o más.
Papaya: Se recomienda comprar aquella que se perciba fina al tacto y que en uno de los extremos, al aplicar cierto grado de presión, se sienta que cede un poco. Esto habla de la dulzura de la fruta.
El color va de un verde amarillento a un amarillo anaranjado. Esta última es la tonalidad idónea para comprarla, pues aún tendrá tiempo para que termine de madurar en refrigeración. Eso sí, su periodo de consumo no puede rebasar los tres días posteriores a haberla adquirido.
Piña o Anana: Sus hojas deben estar verdes y arrancarse con facilidad. Su cáscara debe ser amarilla o con tonos rojizos o cafés. Debe ceder a la presión de los dedos y tener aroma fuerte y dulce en la base. Evite las piñas de cáscara manchada o las que se sientan húmedas al tacto. Una vez maduras, es recomendable pelarlas, cortarlas y guardarlas dentro de un recipiente cerrado herméticamente en el refrigerador hasta por tres días.
Sandía: El color corresponde a la variedad que se adquiera. Sin embargo, una manera de identificar la sandía madura es observar el extremo de su tallo (ombligo). Mientras más extendido se encuentre, mayor será su grado de madurez. Y si al golpearla con los nudillos de los dedos se escucha hueca, su pulpa será menos jugosa que cuando se aprecia un sonido sordo, como de madera.
Una vez partida, es recomendable pelarla, cortarla y mantenerla en refrigeración dentro de un recipiente hermético por un tiempo no mayor a tres días.
Kiwis: Si están verdes son duros y ácidos. Los excesivamente maduros se ablandan y su piel se arruga. Da lo mismo el tamaño (del kiwi). Si compra kiwis verdes, éstos siguen madurando a temperatura ambiente, pero demoran su tiempo, lo cual no debiera ser problema pues duran varias semanas.
Mandarinas: Si son muy livianas significa que tienen menos jugo. Fijarse que las hojas no estén resecas. Que la cáscara no tenga manchas o enfermedades notorias, que sea lisa y brillante, y debe tener ese característico aroma pasoso. Si están en su punto, en refrigerador duran hasta 2 semanas; si están maduras, mejor consumirlas a la brevedad.
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