Foto: EFE
Una madre boliviana cuya bebé tenía intolerancia a la lactosa creó un preparado a base de amaranto y quinua para sustituir a la leche, con tanto éxito que terminó abriendo una empresa de alimentos especiales para infantes que hoy busca mercados en el mundo.
Viviana Soruco descubrió que su bebé de 11 meses sufría de intolerancia a la lactosa, pero no encontraba soluciones para paliar la disfunción.
"Estudié diferentes fuentes de proteínas hasta dar con la quinua y el amaranto, que son lo más parecido a la leche materna en su composición de aminoácidos esenciales", explicó Soruco.
Esos dos granos andinos, considerados pseudocereales por sus propiedades similares, fueron la base para que esta ingeniera civil de profesión comenzara a preparar papillas para contrarrestar un cuadro de gastroenteritis, asma y alergia a diferentes alimentos que había desarrollado su pequeña hija.
La receta es simple: se debe hervir en agua amaranto o quinua y luego licuar el preparado hasta formar una papilla, agregando algunas frutas como manzana, papaya o banana,explicó Soruco. "La diarrea que la había tenido en un pésimo estado de salud por más o menos cinco meses, finalmente paró, y allí comenzó una lenta, pero segura recuperación", señaló.
Soruco comenzó entonces a compartir su aprendizaje y sus recetas con otras madres que pasaban por experiencias similares con sus bebés, como Alejandra Almaraz, cuya beba tenía alergia a la proteína de la leche.
Con la papilla de Soruco "comenzó a aliviarse gradualmente hasta que ahora tiene una dieta casi normal", contó Almaraz.
El preparado, que bautizaría luego Wawa -bebé en quechua- "garantiza prácticamente un reemplazo de la leche al momento de empezarla a consumir", y resulta también eficaz para niños celíacos o con intolerancia al gluten, dijo Soruco.
La quinua y el amaranto, dos cultivos ancestrales en los Andes cuya producción está en aumento, tienen gran valor nutricional. Según informes del Ministerio de Agricultura de Bolivia, la quinua tiene cualidades proteicas superiores al trigo, el arroz, el maíz y la avena, y es el único vegetal que posee todos los aminoácidos esenciales, con valores calóricos superiores al huevo y la leche.
El amaranto también posee gran calidad nutritiva, en especial un alto contenido de proteínas, calcio, ácido fólico y vitamina C, según los mismos reportes. "La quinua, el amaranto e incluso la kañawa (o kañiwa, otro cereal andino) contienen lisina, un aminoácido esencial, y proteínas que reemplazan perfectamente a esos alimentos", dijo la nutricionista Verónica Vargas.
Rita Medina, otra nutricionista, explicó que "existen estas papillas, porque la quinua y el amaranto son elementos que no contienen gluten, el que está presente en el trigo, avena y centeno".Es por ello que la quinua y el amaranto son excelentes para los "niños resistentes al gluten", agregó.
De la cocina a la fábrica Viviana Soruco llevó su preparado al concurso de ideas novedosas en Bolivia, donde captó la atención de inversionistas para fabricar la papilla a gran escala.
En 2010 instaló una pequeña factoría a unos 20 km al sur de La Paz, donde comenzó a envasar sus productos con la marca Wawa con el objetivo de abastecer al mercado boliviano.
En tres años, la marca logró una gran presencia local, y desarrolla ahora un plan de expansión para iniciar sus exportaciones a Chile, Brasil, Colombia y Perú.
"Este es un producto que saltó de la cocina a la fábrica", dijo Mario Indaburu, gerente de producción de la empresa Mankeri ("A comer", en aymara).
La firma fabrica las papillas Wawa, que se venden en supermercados en envases de 125 gramos a 12 bolivianos (1,7 dólares).
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