El refrán popular “los alimentos no engordan, el que engorda es uno” pareciera no estar tan alejado de la realidad.
El estudio “¿pueden llevar los alimentos light a la obesidad?” Publicado en 2011 por la Universidad de Cornell en Nueva York, Estados Unidos, confirman que los hábitos de muchas personas son los que los llevan a aumentar los niveles de grasa en el cuerpo.
La investigación incluso confirmó que la mitad de las personas sometidas al estudio abusaban de los alimentos, principalmente de aquellos que venían con la etiqueta “light” o bajos en calorías. Los encargados del estudio concuerdan en la importancia de aprender a leer las etiquetas nutricionales y así comprender lo que se come y en qué cantidades para no afectar la salud.
En muchas ocasiones se observa que las personas tienden a servirse más comida de la que deberían sin tomar en cuenta el impacto que eso tiene en su salud. Según los autores, servirse más porciones le inyecta al cuerpo más calorías y eso se une a otras condiciones como las genéticas que podrían afectar a una persona llevándola a ganar más peso y a tener ciertas dificultades para reducirlo posteriormente. Recuerde que los problemas de obesidad son producto de varias causas entre ellas un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas y otro factores como los genéticos y la falta de actividad física.
El médico internista y endocrinólogo salvadoreño, Carlos Alvayero, agrega que “el peso es un balance entre la ingesta y el gasto de calorías, por lo cual un grupo de alimentos no puede ser el causante de la obesidad, sino más bien, el total de calorías diarias consumidas que exceden el gasto calórico que tiene cada persona”.
Adiós a los mitos
Si usted piensa que no puede comer rico y al mismo tiempo mantener su salud, este es el momento para que cambie de opinión. Sí es posible consentirse, lo esencial es realizar actividad física de forma regular y mantener una alimentación balanceada. ¿Cómo balancearla? Lo primero que debe hacer es visitar a su médico o nutricionista para que le indique cuántas calorías requiere su cuerpo diariamente para funcionar.
El siguiente paso será leer las etiquetas nutricionales de modo que sus comidas le ayuden a alcanzar esa meta calórica. Un tercer paso sería aumentar el ejercicio, no tener tiempo para ir al gimnasio tampoco es una excusa, más adelante se lo demostramos. La obesidad es una condición que se puede prevenir con determinación, así que no busque culpables entre los alimentos, más bien decídase a cambiar algunos de sus hábitos.
Latinoamérica en números rojos
La desinformación entorno a las causas de la obesidad y cómo combatirla tiene a muchos latinoamericanos con algunos kilos de más. La Organización Mundial de la Salud (OMS) puso a prueba el comportamiento de la obesidad en los países de la región con miras a los próximos años y la mayoría reprobó porque los porcentajes aumentaron o se duplicaron.
"Este informe aporta más evidencia del drástico aumento en las condiciones que disparan la enfermedad cardíaca y otras dolencias crónicas, particularmente en los países de bajos y medianos ingresos", manifestó la directora general de la OMS, Margaret Chan.
A raíz de esta evaluación en los países, la OMS definió que la obesidad es un factor de riesgo para desarrollar algunas enfermedades como: los males cardiacos, la diabetes y la hipertensión. Un dato preocupante es que en nuestros países el 80% de las muertes se dan por este tipo de enfermedades. Estas dolencias además son la causa de otros males que comienzan a saturar los servicios de salud en toda la región y a afectar cada vez más a personas jóvenes.
Sin embargo, las estadísticas de la OMS confirman que las tasas de obesidad se duplicaron en todas las regiones del mundo entre 1980 y el 2008. Los mayores niveles se registran en el continente americano, donde el 26% de los adultos son obesos. Más preocupante aún es que un 10% de los niños en edad escolar (entre 5 y 17 años) en el mundo padecen de sobrepeso.
“La OMS detectó en 2005 que en Latinoamérica las dietas tienen a estar desbalanceadas entre los diferentes nutrientes. Por ejemplo, se tiende a abusar de las grasas y las harinas y algunas proteínas como las carnes rojas o los huevos. Estos nutrientes no son los culpables de la obesidad pero si una persona abusa de ellos y no practica deporte tiende a ser más propensa a aumentar de peso”, indica el Dr. Alvayero.
El informe de obesidad de la OMS revela que las personas que son más sedentarias –ya sea obesas o delgadas- son más propensas a desarrollar diabetes, hipertensión o males cardíacos ya que no le ayudan al cuerpo a quemar calorías. En cuanto a las que son obesas, las mujeres de todas partes del mundo son más propensas que los hombres a ganar peso.
La decisión está en usted
La obesidad se puede prevenir y combatir. Esa es una decisión que nadie puede tomar por usted porque involucra determinación. Los expertos recomiendan que incluya en su agenda cinco espacios a la semana de media hora cada uno para quemar calorías.
“Sí es posible revertir un proceso de ganancia de peso. Se requiere de mucha disciplina para cambiar hábitos alimenticios y un estilo de vida que incluya cambios en la cantidades de alimentos ingeridos, además de una rutina de ejercicio que se desarrolle regularmente”, agrega Alvayero.
Si usted no cuenta con la opción de ingresar a un gimnasio, existen diversas formas para que usted le ayude a su cuerpo a ejercitarse. El otro paso indispensables lograr el balance energético entre calorías consumidas y gastadas. Esta no es una misión imposible, incluso usted puede buscar personas que le ayuden a servirse las porciones que realmente ocupa, a no abusar de algunos alimentos y dedicar ciertos espacios a la actividad física. Aproveche sus horas de alimentación para reunirse con ellos y evitar comer más de la cuenta.
Fuente: http://alimentacion-sana.org/nuevas-1/obesidadhabitos.htm
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