México es productor de agave, un tipo de planta considerada en la prehispanidad como sagrada y con múltiples propiedades, según el códice Nutall de la cultura Mixteca; hoy es considerada para muchos propósitos, de una parte el tequila de otra, como alternativa para combatir algunas enfermedades.
Se trata de una planta perteneciente a la familia de las agaváceas de hojas largas, fibrosas de forma lanceolada, de color verde azulado, cuya parte aprovechable para la elaboración del tequila es la piña o cabeza, de acuerdo a la Academia Mexicana.
Según la investigadora Mercedes Guadalupe en un estudio publicado en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) el 18 de marzo de 2014, el agave con que también se produce tequila en México, es una alternativa para combatir la obesidad y la diabetes ya que modula el nivel hormonal de insulina y el glucagón disminuyendo niveles de glucosa en la sangre.
“Es el mismo (agave del tequila o mezcal) que puede ayudar a personas con obesidad, diabetes y hasta con osteoporosis, pues esta planta posee un grupo de moléculas bautizadas con el nombre de agavinas, que son azúcares no digeribles”, según la investigadora.
Una investigación indica que las agavinas son carbohidratos del tipo de los fructanos, extraídos del agave. En el 2006, López reportó que el agave contiene diferentes estructuras dentro de las mismas especies que crecieron en diferentes regiones ambientales a las cuales se adaptaron. Especialmente México es considerado el centro de origen y biodiversidad del agave.
La Academia Mexicana del tequila revela que los indígenas consideraban tenían considerado el uso de esta planta. “Según los códices Nutall, Laud, Florentino y Mendocino, las tribus indígenas hallaron diferentes usos para el agave y sus subproductos”, destaca en su descripción.
En la cultura y economía de México el agave fue aprovechado durante siglos como fuente de alimento, bebida, medicinal, combustible, cobijo, ornato, fibras duras extraídas de las hojas (ixtle), abono, construcción de viviendas y elaboración de implementos agrícolas, entre otros usos, según la revista de ciencia de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
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