Las cataratas se producen cuando existe una acumulación opaca de proteínas dañadas en el cristalino, lo que hace que la visión sea nublada. Esto evita que la luz pase con claridad a través del cristalino, causando una pérdida de visión.
Las nuevas células del cristalino se forman en el exterior del mismo y las más viejas se compactan en el centro de la lente, dando lugar a este tipo de afecciones oculares.
Síntomas de las cataratas
Los síntomas de las cataratas son leves hasta que bloquean la luz de forma notable y pueden incluir los siguientes efectos:
- Visión turbia y borrosa en forma de niebla.
- Visión doble como si fuera una imagen superpuesta.
- Otro síntoma de las cataratas es que existen cambios en la forma que se percibe el color porque el cristalino descolorido actúa como un filtro.
- Cambios repentinos en la prescripción de gafas.
- Problemas para conducir por la noche, especialmente en el reflejo que producen las luces de los coches que vienen.
- Otro síntoma de las cataratas es tener problemas con el brillo durante el día.
- Existe una miopía progresiva en las personas mayores, que se conoce como segunda vista porque es posible que no necesite gafas para leer.
Tratamiento para las cataratas
En lo referente al tratamiento para las cataratas, destacamos lo siguiente:
-Cuando existen cataratas, la visión se puede corregir a un nivel aceptable con un cambio en la prescripción de lentes, incluyendo las lentes bifocales, lo que elimina la necesidad de una cirugía en ese momento.
-Si la pérdida de visión no se puede corregir con gafas nuevas y las cataratas interfieren con la vida diaria del paciente, es posible tratar las cataratas con cirugía, que consiste en extraer el cristalino opaco y reemplazarlo con uno artificial.
El tratamiento de cataratas con cirugía se lleva a cabo generalmente de forma ambulatoria y tiene mucho éxito en la restauración de la visión, siendo una de las cirugías más frecuentes.
No se sabe exactamente la causa exacta de las cataratas y no existe un método probado para prevenirlas, pero debido a que las cataratas y otras enfermedades como el glaucoma son comunes en los adultos mayores es importante examinar los ojos de forma regular.
Este hecho es muy importante en personas que poseen factores de riesgo o antecedentes familiares de problemas oculares. Por ello, los adultos deben de acudir al oftalmólogo al menos cada dos años y anualmente después de los 50 años.
Las personas con un historial de problemas de los ojos u otras condiciones médicas que incrementan el riesgo de padecer enfermedades oculares, como la diabetes, pueden necesitar exámenes oftalmológicos de la vista con mayor frecuencia. Por ello es muy importante conocer si existe algún factor de riesgo, indicios de cataratas u otras condiciones que pueden afectar a la visión.
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