Las nuevas variedades de semillas están disponibles para ser repartidas globalmente desde mediados de mayo, dice Irwin Goldman, un horticultor de la la Universidad de Wisconsin-Madison, que estuvo vinculado con el reparto.
Él cuenta que ya recibieron mas de 350 pedidos de todo el mundo y que el objetivo final del proyecto es ayudar a cambiar las reglas internacionales que limitan el libre intercambio de semillas para cultivar por ejemplo zanahoria, repollo rizado, lechuga, brócoli y quinoa.
Todos los paquetes de semillas vinculados al proyecto incluyen un cartel de código abierto donde dice que esas semillas pueden ser usadas de cualquier modo y que cualquier nueva variedad de cultivo desarrollada a partir de esas semillas debe permanecer libre para que cualquiera pueda usarla. Una verdadera declaración de principios, que trata de evitar que alguien pueda querer patentarlas a su vez.
Hoy, muchos países tienen complejas leyes internacionales de semillas, incluyendo reglas sobre patentes y otras formas de protección de la propiedad intelectual. Esto significa que los campesinos tienen prohibido cosechar semillas libremente y usarlas en la siguiente estación.
“Queremos restaurar la buena práctica entre sembradores de compartir sus semillas libremente. Ésta era una hermosa forma de trabajar hasta hace 20 años”, dice Goldman.
El reparto de semillas fue llevado a cabo por el OSSI (Open Source Seed Initiative), un proyecto establecido en 2011 en Estados Unidos que cree que los recursos genéticos (en este caso semillas) deben ser un bien común que cada uno pueda utilizar como le parezca.
Sus creadores temen que las leyes de propiedad intelectual sobre las semillas, presentes y futuras, provoquen que todo el material genético de las plantas sea mantenido fuera del alcance de la gente.
Los campesinos empobrecidos muchas veces no pueden permitirse las semillas de buena calidad desarrolladas por las multinacionales, por lo que terminan usando semillas de mala calidad obtenidas localmente.
‘Cooperation 88’ es una variedad de papa liberada hace mas de 30 años por la Universidad de Yunnan, China después de haber intercambiado material genético con el Centro Internacional de la Papa. Esta variedad está presente hoy en mas de 390.000 hectáreas de países en vías de desarrollo, casi el doble de la superficie cubierta por la variedad norteamericana de papa, líder de mercado.
“El libre intercambio de semillas puede ser la base de un sistema alimentario mas justo y sustentable” dice Jack Kloppenburg, profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison, quien coordina el Proyecto OSSI junto con Goldman & otro graduado.
Él explica que un pequeño grupo de grandes agroindustrias (como Monsanto, Syngenta, Dow y BASF) poseen el 66% del mercado de semillas comerciales.
Kloppenburg indica que hay varios movimientos similares a OSSI alrededor del mundo y que aún no parece claro cuál es el mejor modelo a seguir, pero cuesta pensar que lo que nos es dado libremente por la Naturaleza pueda ser patentado por razones comerciales.
Fuente: Buen Diario
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