La alimentación tiene la facultad indiscutible de influir en el desarrollo de enfermedades, pero también colabora en su prevención y tratamiento. A través de la dieta podemos controlar la inflamación orgánica y el índice glucémico, dos factores clave en el crecimiento tumoral; es decir, podemos hacer que el organismo en el que el cáncer ha encontrado los medios ideales para su desarrollo se le torne más hostil.
También podemos reforzar el sistema inmunitario, ayudando al organismo en su trabajo de autocuración. La alimentación puede aportarnos factores cancerígenos, anticancerígenos y protectores, y es un factor desencadenante contrastado en el 30% de los tumores. Así los alimentos pueden llevar componentes considerados INICIADORES de procesos tumorales (aminas aromáticas, hidrocarburos aromáticos…), PROMOTORES (como son el alcohol etílico, la grasa, un exceso de azúcares) y PROTECTORES (como son vitaminas, antioxidantes, fibra, fitoesteroles, etc.)
Estudios epidemiológicos han señalado la importancia de la dieta en la prevención y buena evolución de la enfermad en los pacientes con cáncer. A parte de modificar los alimentos consumidos, retirando los perjudiciales y aumentando el consumo de los beneficiosos, se pueden añadir a la dieta del paciente COMPLEMENTOS NUTRICIONALES, como minerales, oligoelementos y otras sustancias básicas en las funciones orgánicas.
Por ejemplo, la Melatonina es utilizada para aliviar algunos efectos secundarios de la quimioterapia, como el dolor neuropático y la debilidad, y varios estudios indican que las muertes por cáncer (pulmón, colorectal y próstata) son menores en pacientes que tienen niveles más altos de Selenio en sangre. Las modificaciones en la dieta y el uso de complementos nutricionales deben ser supervisados por un experto.
EJERCICIO ONCOSALUDABLE
Hay múltiples evidencias científicas sobre el papel de la actividad física como factor de prevención del cáncer, especialmente en los casos de cáncer de mama y colorrectal. En los pacientes ya tratados, el mantenimiento de la actividad física reduce el riesgo de recurrencias y de mortalidad. Los ejercicios más recomendados para la prevención y después del tratamiento en oncología son los que implican a grandes grupos musculares (ejercicios dinámicos), que se realizan haciendo movimientos repetidos de forma cíclica, como al caminar, correr, nadar, etc., sin un esfuerzo excesivo.
TERAPIAS COMPLEMENTARIAS
Estas técnicas han demostrado que ayudan a llevar mejor el impacto del diagnóstico, los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos y la adaptación a la enfermedad. Muchas de ellas están disponibles en las propias unidades de oncología de los hospitales, a través de las asociaciones de pacientes. Sería muy complejo y extenso dar aquí la información detallada de cada una de ellas, para lo que remitimos a nuestros lectores a consultar la bibliografía sugerida.
Por ofrecer una pequeña clasificación:
. Terapeúticas Médicas: Homeopatía, Medicina Tradicional China, Ayurveda, Naturopatía…
. Intervenciones cuerpo-mente: Meditación, Yoga, Terapia artística, Visualización…
. Manipulación y métodos basados en el cuerpo: Quiropraxia, Masajes, Ejercicio Físico, Reflexología…
. Terapias Biológicas.
. Terapias Energéticas: Qui gong, Tai chi, Reiki, Tacto terapeútico…
PSICONEUROINMUNOLOGÍA (PNI) Y PSICOONCOLOGÍA
La PNI ayuda al conocimiento de la dinámica biológica del ser humano y ofrece nuevos modelos no lineales de salud y enfermedad donde tienen cabida muchas de las medicinas complementarias. Su uso más habitual es en enfermedades donde el sistema inmunológico juega un papel fisiopatológico fundamental (enfermedades autoinmunes e inflamatorias, VIH, cáncer, etc), así como el tratamiento y tolerancia de trastornos psicopatológicos (estrés, ansiedad y depresión).
La psicooncología se dedica al estudio, diagnóstico y tratamiento de los pacientes con cáncer y su evolución, como también al estudio de las reacciones psicológicas del paciente oncológico, su familia y el personal asistencial, a lo largo de todo el proceso de la enfermedad. Se centra principalmente en ayudar al paciente con los aspectos psicológicos de su enfermedad, a manejar el estrés derivado de esta y a recuperar un equilibrio emocional que repercuta positivamente en la curación física.
Aunque son disciplinas “occidentales” con base en la medicina alopática, en realidad recogen en parte el planteamiento de otras medicinas tradicionales, como la MTC o el Ayurveda, que consideran al ser humano como una combinación indivisible entre cuerpo-mente donde el equilibrio entre ambos es vital para la buena salud.
F:sanoyecologico
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