Todavía no se conoce exactamente la interacción entre el alcohol y los antidepresivos.
Muchas veces depende de la cantidad de alcohol que se consuma o del tipo de antidepresivo usado.
Muchas personas combinan los fármacos antidepresivos y el alcohol sin saber que esta combinación de sustancias puede tener graves consecuencias para la salud.
Además, el 15% de personas que sufren un trastorno de tipo afectivo tienen dependencia al alcohol, lo que agrava la situación.
¿Qué son los antidepresivos?
Los antidepresivos son una opción de tratamiento muy conocida para la depresión, una enfermedad que afecta al 15% de la población.
En el organismo tenemos unas sustancias llamadas neurotransmisores que se encargan de transmitir señales.
Una de ellas regula el estado de ánimo y su deficiencia conduce a la depresión. Se trata de la serotonina, aunque no es la única implicada en esta enfermedad.
Una de ellas regula el estado de ánimo y su deficiencia conduce a la depresión. Se trata de la serotonina, aunque no es la única implicada en esta enfermedad.
De esta forma, los antidepresivos tienen como objetivo aumentar la concentración de estos neurotransmisores en el organismo y revertir, así, este estado de ánimo patológico.
Existen diferentes tipos de antidepresivos como:
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN).
Antidepresivos atípicos.
Antidepresivos tricíclicos.
Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAOS).
¿Qué efectos producen?
A pesar de tener un mecanismo de acción diferente, todos están diseñados con el objetivo descrito. Entre los efectos secundarios que pueden producir en el cuerpo podemos destacar:
Fatiga y somnolencia.
Náuseas.
Insomnio.
Sequedad en la boca.
Visión borrosa.
Estreñimiento.
Agitación, desasosiego y ansiedad.
El peligro de tomar antidepresivos y alcohol
Todavía no se conoce exactamente la interacción entre el alcohol y los antidepresivos. Muchas veces depende de la cantidad de alcohol que se consuma o del tipo de antidepresivo usado.
Por ejemplo, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, como hemos visto, aumentan la concentración de este neurotransmisor impidiendo su recaptación.
El alcohol, por otra parte, también aumenta los niveles de serotonina, aunque de una forma temporal.
De esta forma, una persona que toma antidepresivos y alcohol, está en riesgo de tener demasiada serotonina en el cerebro y, como consecuencia, desarrollar el síndrome de la serontonina.
¿Qué es el síndrome de la serotonina?
Como hemos comentado, es un cuadro clínico que se desencadena por un exceso de serotonina. Su gravedad en muy variable y depende de la causa desencadenante.
Esta afectación se caracteriza porque el paciente sufre inquietud, agitación, tensión arterial elevada, espasmos musculares y diarrea. Incluso, en casos de mayor gravedad, la vida del paciente puede correr peligro.
Por otro lado, si el consumo de alcohol es crónico y prolongado, puede conllevar a niveles bajos de serotonina. La razón de ello es que nuestro cuerpo se adapta a las sustancias psicoactivas por un fenómeno conocido como habituación.
Así, al acostumbrarse a la ingesta de alcohol, los síntomas depresivos aparecen porque disminuye la serotonina disponible. Y si, además, se toman antidepresivos, el resultado será una disminución de su efectividad.
Los efectos resultantes de esta combinación de sustancias son una agravación de los efectos adversos de los fármacos antidepresivos. Algunos ejemplos son:
Agravación del cuadro depresivo: consumir alcohol puede contrarrestar los efectos beneficiosos de los antidepresivos generando una mayor dificultad en el tratamiento de los síntomas.
Disminución de la actividad cognitiva: el alcohol afecta a la coordinación, al pensamiento y a los tiempos de reacción. Por lo que, si se combinan ambas sustancias, estos efectos se verán agravados por los efectos de los antidepresivos en el sistema nervioso central.
Efectos sedantes: algunos antidepresivos pueden producir somnolencia. Este efecto es característico también del alcohol. Por lo tanto, cuando se toman ambas sustancias juntas, el efecto sedante se puede ver intensificado. Hay que tener especial precaución si vas a conducir, por ejemplo.
Riesgo de muerte: esta, obviamente, es la consecuencia más grave que tendría la combinación de antidepresivos y alcohol. Se produce por un cuadro grave del síndrome de la serotonina explicado en el apartado anterior.
Conclusiones
El consumo conjunto de antidepresivos y alcohol puede tener graves consecuencias. Ante un tratamiento con este tipo de medicación, es muy importante que comentes con el médico tu consumo de alcohol o si tienes algún tipo de patología con esta sustancia. De no ser así, las consecuencias pueden ser fatales.
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