Un error muy frecuente de la cultura occidental, derivado de las recomendaciones de algunos especialistas y medios de comunicación, es el de creer que la ingesta de 3 raciones de lácticos es imprescindible para cubrir las necesidades diarias de calcio.
Es importante tener en cuenta que si a vuestro hijo no le gusta la leche puede que ese rechazo sea una reacción inconsciente al hecho de que le cuesta digerirla, cosa nada extraña pues, a partir de los tres años aproximadamente, la leche se vuelve indigesta para más de la mitad de la población, porque no tenemos las enzimas (lactasa) para procesarla y asimilarla (lactosa).
Por otro lado está demostrado que el consumo de leche de vaca es uno de los factores que está contribuyendo a que los niños sufran enfermedades congestivas, como resfriados y alergias de todo tipo.
Y no olvidemos los problemas cada vez más presentes de obesidad y diabetes debidos a un porcentaje excesivo de grasa y azúcar en sangre. Si visualizamos una vaca, no tardaremos en percatarnos de que es mucho más grande que el ser humano, por tanto la composición de su leche está diseñada para un ternero que tiene que crecer tanto como su madre.
Así pues, si no queréis renunciar a los lácticos, os recomiendo escoger yogures y quesos de cabra y oveja, de animales más pequeños, que al ser fermentados es como si estuvieran predigeridos, y su digestión no será tan pesada.
También podéis incorporar tofu, como queso vegetal, crema de leche de soja para enriquecer sopas, tartas, pudings, gomasio para gratinar…
El consumo de leche de vaca es uno de los factores que está contribuyendo a que los niños sufran enfermedades congestivas
Si la razón que puede inducir a tomar leche de vaca es la necesidad de ingerir calcio para mantener el sistema óseo en condiciones, hemos de empezar a desmentir este mito, ya que tenemos muchísimos otros alimentos más ricos en calcio que la leche. Desde el sésamo a los frutos secos, las algas wakame, los huevos, el brécol, las patatas…
Por ello podemos estar tranquilos disfrutando de una dieta equilibrada sin la ingesta de lácticos, la naturaleza nos provee de este precioso mineral en numerosos alimentos.
Autora: Mª Pilar Ibern “Gavina”, Asesora nutricional y escritora
30/04/2014
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