Fumar cannabis alivia los síntomas de los pacientes con dolor crónico asociado a una disfunción o lesión del sistema nervioso (neuropático), según un nuevo estudio.
Muchas personas no mejoran con los medicamentos habitualmente utilizados para tratar este problema.
Por eso, los resultados del ensayo clínico que se publica en 'Canadian Medical Association Journal' ('CMAJ') abren nuevas perspectivas de tratamiento.
Por eso, los resultados del ensayo clínico que se publica en 'Canadian Medical Association Journal' ('CMAJ') abren nuevas perspectivas de tratamiento.
Los responsables del trabajo, pertenecienes a la Universidad McGill de Montreal (Canadá), analizaron en 21 individuos los efectos de inhalar mediante una pipa de titanio una dosis de 25 miligramos de cannabis tres veces al día durante cinco días. Se elaboraron preparados con distintas concentraciones de tetrahidrocannabinol (THC, la principal sustancia activa del cannabis): 2,5%, 6%, 9,4% o 0%.
En principio, ni los médicos ni los pacientes debían saber cuál le había tocado a cada uno, pero los enfermos más 'avispados' fueron capaces de adivinar si les habían dado una dosis más cargada o la que carecía de THC.
En comparación con el grupo al que se le asignó el placebo (0% de THC), los pacientes que inhalaron cannabis con un 9,4% del compuesto experimentaron una mejora significativa en la intensidad del dolor, así como un descenso en sus niveles de ansiedad y depresión.
Quienes consumieron las cantidades intermedias notaron algún beneficio, pero los científicos lo consideran irrelevante desde el punto de vista estadístico.
Muy pocos participantes sintieron la euforia o el 'colocón' propios de los porros, probablemente porque la cantidad de droga que consumieron no fue excesivamente alta.
No se observaron problemas neurológicos graves y los efectos secundarios más habituales -siempre moderados o leves- fueron el dolor de cabeza, la sequedad de ojos, la sensación de 'quemazón' en las áreas afectadas por el dolor neuropático, el mareo, y el entumecimiento.
No se observaron problemas neurológicos graves y los efectos secundarios más habituales -siempre moderados o leves- fueron el dolor de cabeza, la sequedad de ojos, la sensación de 'quemazón' en las áreas afectadas por el dolor neuropático, el mareo, y el entumecimiento.
De momento, los médicos no van a recetar porros -al menos oficialmente- para el dolor u otros padecimientos. Hay muchos pacientes que se las arreglan para conseguir por su cuenta marihuana con el fin de mitigar las náuseas causadas por la quimioterapia.
Éste es sólo uno de los diversos usos terapéuticos del cannabis, que se emplea en otras muchas dolencias. De hecho, tal y como recuerdan los autores del trabajo, la planta 'Cannabis sativa' "se ha utilizado para tratar el dolor desde el tercer milenio antes de Cristo".
Sin embargo, hasta la fecha sólo se habían llevado a cabo tres ensayos clínicos sobre los posibles beneficios del cannabis fumado en pacientes con dolor neuropático. Por eso, en opinión de Henry McQuay, profesor emérito del Balliol College de Oxford (Reino Unido), el mero hecho de que se lleve a cabo una nueva investigación ya constituye una buena nueva. Este experto comenta los los puntos fuertes y las limitaciones del estudio en un comentario recogido en la misma revista científica.
El experto advierte que será necesario llevar a cabo más análisis que incluyan a un mayor número de sujetos para poder sacar conclusiones definitivas. Los propios autores reconocen que deberían haber contado con más participantes, pero les resultó imposible por el papeleo legal que implica un ensayo con una sustancia ilegal, así como por los estrictos criterios de inclusión de pacientes que establecieron,
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