Los germinados son pequeñas plantas con una gran cantidad de energía. Por ello es aconsejable tomarlos a diario, tanto solos cómo acompañando a otros platos, especialmente ensaladas. La germinación posibilita que algunos alimentos crudos sean más digeribles y asimilables.
Tener germinados en casa siempre a punto de consumir es algo relativamente fácil. Para ello sólo es necesario utilizar semillas de calidad, un germinador y tener un poco de paciencia y constancia.Aunque se puede fabricar un germinador casero con un bote y una tela yo prefiero algo más específico cómo los germinadores que nos ofrece Conasi.
En esta ocasión he elegido el germinador de dos tarros y una mezcla de semillas ecológicas que contiene alfalfa, mostaza amarilla y fenogreco. Veamos qué sencillo ha sido el proceso:
Elaboración
- Dejamos en remojo las semillas durante 4 horas. Para calcular la cantidad de semillas tienes que tener en cuenta que una vez germindas habrán aumentado unas 10 veces de tamaño
- Enjuagar las semillas e introducirlas en los botes. Poner estos boca abajo en el soporte para que escurra el exceso de agua.
- Mantener el germinador en un lugar oscuro
- Enjuagar las semillas con agua fría dos veces por día. Esto repetirlo tantos días cómo sea necesario. En nuestro caso han sido suficiente 4 días. Dependiendo del tipo de semillas usadas el tiempo oscila entre 2 y 8 días.
Ya tenemos nuestro mix de germinados para consumir durante unos días. Mientras tanto vamos preparando más.
Propiedades de los germinados
Es deseable tomar alimentos lo más vivos posible a diario en nuestra alimentación. Por ello es aconsejable que una buena parte de nuestra dieta se base en alimentos crudos, siendo el máximo exponente de la dieta cruda los germinados.Una ración de germinados a diario nos provee de la máxima vitalidad, formando parte de ensaladas, acompañamientos, pan esenio o integrando platos que no se tengan que someter a calor.
Los germinados son pequeñas plantas con una gran cantidad de energía. Por ello es aconsejable tomarlos a diario, tanto solos cómo acompañando a otros platos, especialmente ensaladas. La germinación posibilita que algunos alimentos crudos sean más digeribles y asimilables.
Tener germinados en casa siempre a punto de consumir es algo relativamente fácil. Para ello sólo es necesario utilizar semillas de calidad, un germinador y tener un poco de paciencia y constancia.Aunque se puede fabricar un germinador casero con un bote y una tela yo prefiero algo más específico cómo los germinadores que nos ofrece Conasi.
En esta ocasión he elegido el germinador de dos tarros y una mezcla de semillas ecológicas que contiene alfalfa, mostaza amarilla y fenogreco. Veamos qué sencillo ha sido el proceso:
Elaboración
- Dejamos en remojo las semillas durante 4 horas. Para calcular la cantidad de semillas tienes que tener en cuenta que una vez germindas habrán aumentado unas 10 veces de tamaño
- Enjuagar las semillas e introducirlas en los botes. Poner estos boca abajo en el soporte para que escurra el exceso de agua.
- Mantener el germinador en un lugar oscuro
- Enjuagar las semillas con agua fría dos veces por día. Esto repetirlo tantos días cómo sea necesario. En nuestro caso han sido suficiente 4 días. Dependiendo del tipo de semillas usadas el tiempo oscila entre 2 y 8 días.
Ya tenemos nuestro mix de germinados para consumir durante unos días. Mientras tanto vamos preparando más.
Propiedades de los germinados
Es deseable tomar alimentos lo más vivos posible a diario en nuestra alimentación. Por ello es aconsejable que una buena parte de nuestra dieta se base en alimentos crudos, siendo el máximo exponente de la dieta cruda los germinados.Una ración de germinados a diario nos provee de la máxima vitalidad, formando parte de ensaladas, acompañamientos, pan esenio o integrando platos que no se tengan que someter a calor.
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