La idolatría a la imagen ha hecho que cada vez se desarrollen más complejos físicos que pueden acabar en el desarrollo de patologías o síntomas graves como pueden ser la anorexia o la bulimia ¿Sabrías cómo detectarlo?
Estamos en una sociedad en la que prima la imagen, en lo que los otros ven de uno superficialmente sin que el interior cuente demasiado. Prima la apariencia y así estamos creando una sociedad en la que las personas se sienten más preocupadas por su peso que acaba llevándose al extremo mismo.
En muchas ocasiones estos trastornos de alimentación pasan inadvertidos entre los familiares porque o no son capaces de verlo (les resulta demasiado duro para aceptar que sea posible) o porque se acostumbran a determinados hábitos que en un principio llaman la atención pero luego son algo más de la rutina o incluso la ignorancia.
Hay anorexias que pueden desarrollarse en diferentes etapas de la vida, en algunos casos se queda en un juego con la comida (al que no hay que restarle importancia) y en otros casos termina por desarrollarse toda la patología.
Señales para detectar la anorexia
A continuación os vamos a contar alguna de las pistas que pueden llamar la atención tanto a familiares como a amigos de qué es lo que puede estar ocurriéndole a esa persona.
Las personas que sufren anorexia o bulimia suelen reclamar atención constante para saber qué es lo que opinan los demás sobre su cuerpo, ya sea de forma directa o indirecta, para saber cómo las ven los demás: si están gordas o flacas, si tienen grasa o focalizan toda su atención en una parte del cuerpo que es la que quieren que desaparezca. Puede que esté buscando ideales de belleza en la red y siempre se comparará manifestando que ella no tiene ese tipo de cuerpo.
Tienen una relación muy particular con la comida, desde negociar qué comida es la que van a comer, exigir que se les prepare una comida baja en calorías o encargarse ellas mismas de prepararla para evitar que lleve determinados ingredientes que consideren que les engorda o que no deben consumir.
De repente comienzan a tener un conocimiento sobre la alimentación y la nutrición verdaderamente detallado, de esta manera puede controlar aquello que come y que no debe comer. Probablemente comience a buscar todo tipo de dietas en la red o foros pro Ana y Mía (Anorexia y bulimia).
A la hora de comer suelen jugar con la comida intentando alargar el máximo tiempo posible la hora de masticar; suelen partir los alimentos en trozos muy pequeños y si pueden evitarán comer de todas las formas posibles que se le ocurra ya sea mentir como tirar o esconder la comida.
En el momento en que comience a perder peso y sea notable, no admitirá que lo está perdiendo y si lo hace puede manifestar que no es lo suficiente, que aún necesita perder más porque está gorda. Pero con casi toda seguridad no podrá admitir que tiene un problema con la alimentación.
Los cambios no sólo serán físicos sino también emocionales, esta persona comenzará a mostrarse más irritable, buscará más momentos para estar sola y aislarse de los demás.
Es frecuente que pueda perder también el equilibrio emocional y que su ansiedad se vea más acentuada ya que necesita mantener un constante control sobre su alimentación y el hambre, lo que no resulta tan sencillo.
Si en algún momento come demasiado o algún tipo de alimento que no “debería”, puede realizar algún acto como intentar vomitar, ayunar u otro tipo de acto para eliminar no sólo esa ingesta sino también esa pérdida de control que es un duro golpe para ella.
El ejercicio excesivo también puede resultaros una señal para daros cuenta de que algo no está bien, no siempre tiene porqué estar relacionado con un trastorno de alimentación, pero cuando algo se convierte en obsesión hay que ver qué es lo que está detrás.
Escrito por angeles
Fuente: http://depsicologia.com
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