Es importante corregir los excesos y deficiencias en nuestra dieta. No mucha gente esta dispuesta a escuchar y entender, que si seguimos con esas costumbres vamos al camino de la obesidad y de las enfermedades.
Según qué alimentos se elijan, se está ayudando al cuerpo a depurar toxinas, quemar grasas y evacuar los deshechos, o por el contrario, se lo está obligando a trabajar con elementos de bajo valor nutricio y alto poder congestionante.
Generalmente la calidad de alimentación no tiene que ver necesariamente con los niveles de ingresos, en familia las familias de mayores ingresos tienen un aumento considerable en su consumo de alimentos altos de calorías, azúcar, grasas, sal y carbohidratos.
Debido a nuestra mala alimentación comenzamos a tener deficiencias y los excesos hacen ciertos residuos se peguen en las paredes del intestino y se quedan obstruidos, al quedar pegado ya no hay absorción, nuestro organismo no recibe los nutrientes, nuestro cuerpo no se limpia, no se desintoxica y no puede asimilar los nutrientes.
Por eso nuestras células empiezan a perder nuestros niveles de energía, bajan la capacidad de sus funciones e incluso capacidad de reproducción. Cuando sufrimos este proceso que daña algunas células no causan molestias, sin embargo luego se muestran como enfermedades, 70 % de las enfermedades derivan de ello.
Las principales causas de muerte derivan de nuestra mala alimentación, así como el deterioro de nuestros sistemas digestivo y circulatorio.
El equilibrio al comer
Todos lo estiman indispensable, pues ningún alimento aporta absolutamente todo lo que es necesario para la vida y la vitalidad, por lo que preconizan una alimentación variada. Aquí tenemos pues las grandes claves admitidas por todos: alimentación natural, mesurada y equilibrada. Fuera de estas nociones fundamentales, todos los sistemas supresitos o exclusivos son perjudiciales.
El exceso y la deficiencia
Exceso de Verduras
Produce enterocolitis y diarreas, debidas a la irritación de las mucosas por el “exceso celulósico”. Además, esta demasía celulósica puede ocasionar el adelgazamiento, al acelerar el tránsito y al retener en su trama sustancias nutritivas. Señalamos asimismo que en los casos de adelgazamiento con friolerismo, las verduras crudas no deben ser ingeridas al comienzo de las comidas, pues pueden provocar una contracción de las vías digestivas altas y un efecto inhibidor de las secreciones.
Insuficiencia de Verduras
La insuficiencia de verduras, por el contrario, produce el estreñimiento por carencia celulósica. Esta escasez en verduras (sobre todo crudas) es también responsable de ciertas carencias de vitaminas, minerales, oligo-elementos.
Exceso de frutas
Produce en el normal-vital y sobre todo en el sub-vital el friolerismo, la fatigabilidad, la desmineralización, la desvitalización.
Insuficiencia de frutas
Produce, sobre todo en el hemogliásico, el linfogliáisco, el obeso, el congestivo, un aumento de la viscosidad humoral, la fragilidad vascular, arterial, venosa y capilar, pues los frutos, por sus ácidos cítricos, málico, tartárico, sórbico, etc., son fluidificantes humorales y por sus vitaminas P y C protectores de los vasos.
Exceso de cereales
Conduce a la hiperviscosidad humoral (linfo y hemogliasis), a las fatigas digestivas, a las dermatosis y a los catarros.
Insuficiencia de cereales
La insuficiencia de cereales (alimentación crudivorista, frutarismo, especifismo) conduce al adelgazamiento y a la desvitalización por insuficiencia energética y por no-asimilación de las proteínas.
Exceso de huevos y de queso
Produce un aumento de los lípidos, del colesterol, de los tri-glicéridos en la sangre, el ateroma y contribuye a la deficiencia hepatorenal y a las enfermedades articulares.
Insuficiencia de huevos y queso
La insuficiencia de huevos y de queso (vegetalismo, macrobiótica, frutarismo, vegetarismo mal equilibrado) produce la hipotonía general, la fragilidad ósea, las tendencias a la anemia, el friolerismo, la fatigabilidad, las dificultades sexuales y una irritabilidad del sistema cerebral, debida a las carencias, tomada equivocadamente por lucidez de espíritu.
Exceso de carne
Produce, sobre todo si se trata de carnes grasas, ateromas, agotamiento hepático; si se trata de un exceso de carnes no grasas, sobrevendrá la fatiga hepato-renal acompañada a veces de hipertensión. El exceso de carne produce también artrosis.
Ausencia de carne
No parece provocar perturbación alguna si la alimentación está suficientemente provista de huevos y queso. Sin embargo, existen casos rarísimos en los que a pesar de los huevos y el queso en cantidad suficiente, el crecimiento de un niño se estanca y en los que el aporte de un poco de carne permite un crecimiento normal, pero, repito, estos casos son excepciones. Excepciones que es preciso conocer, pues un niño no debe ser jamás víctima de una “línea dietética”. En el caso del hombre de más de sesenta años de edad que ha comido carne durante toda su vida, la supresión debe ser prudente, pues existen casos en los que estos organismos no alcanzan a utilizar las proteínas de los vegetales y de los subproductos animales (huevos, queso) y se asiste a un debilitamiento importante, debilitamiento que no hay que confundir con una crisis de desintoxicación, interpretación desgraciadamente bastante extendida en los medios naturalistas.
Exceso de variedad en una misma comida
En este caso, el equilibrio alimentario es bueno, la asimilación se efectúa muy bien, pero los mecanismos digestivos son puestos a ruda prueba y sobrevienen fermentaciones y putrefacciones excesivas. Sin embargo, si la alimentación muy variada es también mesurada, la asimilación será excelente y la digestión poco perturbada. No olvidemos que cuanto más se asocia mejor se asimila, pero peor se digiere.
Insuficiencia de variedad en una misma comida
La digestión se hace, en general, excelente y existe disminución de las fermentaciones responsables del atascamiento humoro-celular por intoxicación. Pero la asimilación celular se hace defectuosa, lo que produce fatiga, hipotensión, tendencias anémicas, adelgazamiento importante, desvitalización profunda, impotencia completa o relativa, depresión física y psíquica. No olvidemos que cuanto más se disocia, mejor se digiere, pero menos se asimila.
La verdad: no existe un sistema exacto. Sólo las tres grandes claves son justas: no-desnaturalización, mesura y equilibrio.
¿Entonces qué hacer para desintoxicarse bien?
Sencillamente no suprimir ninguna categoría de alimentos, sino reducir cuantitativamente todas ellas. Como en la religión, donde sólo la palabra Amor consigue la unanimidad y es la verdad, en dietética, sólo las nociones de no-desnaturalización (alimentación natural), de mesura (alimentación mesurada), de equilibrio alimentario (alimentación equilibrada) consiguen la unanimidad y son las tres grandes verdades dietéticas.
Muchos enferman por ser complacientes por su apetito. No se debe comer nunca sin tener hambre, la sobriedad es una de las condiciones esenciales de buena salud. “Toda enfermedad es el resultado de un error de conducta”, Cervantes.
Combinaciones correctas
La correcta combinación alimenticia asegura una perfecta nutrición como resultado de una mejor digestión, crea sangre pura, suministra protección contra el envenamiento, previene o hace desaparecer muchos estados patológicos, estreñimiento, alergias, intoxicaciones, infecciones, etc. Las compatibilidades son fundamentales dentro de la nutrición racional de cara a la prevención y para mantener una salud en perfectas condiciones.
”Las buenas combinaciones alimenticias crean una sangre pura, y esta es el fundamento de un estado de perfecta salud”.
Como buenas combinaciones remendamos:
Comer proteínas y carbohidratos en comidas separadas.
Comer sólo una clase de proteínas en una comida.
Comer proteínas y ácidos en comidas separadas.
Comer grasas y proteínas en diferentes comidas.
Comer ácidos y almidones en comidas separadas.
Comer almidones y azúcares en comidas separadas.
Comer azúcares y proteínas en comidas separadas.
Comer los melones y sandías solos.
Eliminar los postres
No comer grasas de ningún tipo con alimentos proteicos.
Tomar un solo producto almidonado en la misma comida.
Tomar leche sola o no tomar.
No tomar ningún alimento que haya sido frito; enlatado; envinagrado; preservado; procesado; empaquetado; deshidratado; desmineralizado; desvitalizado; o que contenga colorantes aditivos o sabores artificiales.
Debemos evitar
El tragar sin masticar y sin ensalivar bien.
El comer a todas horas por falsa sensación de apetito.
El comer disgustado o con preocupaciones.
El comer química y calorías vacías. La irregularidad en las comidas.
El exceso de comida y el beber durante las comidas.
Las cenas abundantes.
El ingerir alimentos calientes o fríos.
Todas las enfermedades están causadas por materias químicas. Todas las substancias químicas utilizadas por el organismo (con excepción del oxígeno que respiramos; del agua que bebemos y de los pensamientos que generamos) son extraídas de los alimentos.
Fuente: http://alimentacion-sana.org
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