El masaje japonés kobido es ideal para tener un rostro más joven, es un tratamiento rejuvenecedor completo que además tiene beneficios para la salud increíbles.
En la cultura oriental los masajes suelen estar relacionados como un tratamiento, no solo para el rostro y la cabeza sino que también es beneficioso para todo el cuerpo. ¿Quieres conocer los beneficios de este masaje?
En la cultura oriental los masajes suelen estar relacionados como un tratamiento, no solo para el rostro y la cabeza sino que también es beneficioso para todo el cuerpo. ¿Quieres conocer los beneficios de este masaje?
Kobido: un masaje completo para tu bienestar
Este tipo de masaje pertenece a una rama del Anma, el sistema tradicional de masaje en Japón. Se utilizaba en la medicina tradicional y su método se ha ido perfeccionando durante 200 años.
En Oriente la belleza está considerada como un aspecto que indica buena salud: incluso los rasgos más bellos pueden terminar no siéndolos si el organismo no está bien. La combinación de la salud física, psicológica y espiritual hacen que una persona sea bella y saludable.
El masaje kobido se utiliza para mejorar la complexión del rostro, eliminar toxinas, prevenir arrugas y manchas que aparecen con la edad y conseguir un equilibrio de las emociones. Se realiza en cuatro pasos, no tiene efectos secundarios y además consigue el mismo efecto que un lifting facial, sin necesidad de cirugía.
Este masaje no suele durar más de media hora para prevenir la sobreestimulación del rostro. Lo ideal es hacerlo una vez a la semana
Las cuatro fases del masaje facial kobido
El masaje japonés kobido tiene cuatro fases:
Etapa 1: Consiste en hacer un masaje de cuello y una envoltura facial con una toalla caliente. Este masaje en el cuello mejora la circulación, ya que las tensiones en el cuello restringen el flujo sanguíneo a la cabeza, por lo que la piel recibe menos oxígeno para estar bella. También ayuda a relajar a la persona: reducir el estrés disminuye las arrugas. El vapor y el calor de la toalla permiten que se abran los poros y quede la piel preparada para una limpieza profunda.
Etapa 2: En esta etapa se utiliza un limpiador para remover el exceso de suciedad y grasa de la piel. En general se utiliza un limpiador a base de agua y se comienza a hacer un masaje más enérgico solo en el rostro: se utilizan técnicas rápidas y suaves para aliviar las tensiones.
Etapa 3: Se aplica una crema hidratante para reparar la piel masajeando la zona como en el punto anterior. Como bien dijimos, este paso es importantísimo para reparar el daño de la piel.
Etapa 4: Esta etapa energiza, ya que utiliza los puntos y meridianos de la acupuntura para equilibrar los órganos internos. La sensación y el efecto es similar al de la acupuntura pero sin necesidad de agujas. La idea es mejorar el flujo del Ki -energía vital- en el rostro para conseguir un bienestar interior completo.
Fuente: http://otramedicina.imujer.com
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