Una buena selección del género musical, junto con la tonalidad y el tempo adecuado, tienen efectos positivos en los pacientes con enfermedades cardíacas.
La música instrumental y clásica tiene efectos positivos en la mayoría de enfermos.
Según las investigaciones de Predrag Mitrovic, cardiólogo griego en el Centro clínico de Belgrado y docente en la Facultad de Medicina, esto es posible porque al escuchar música se inicia la secreción de endorfinas, conocidas como hormonas del placer.
"Cuando se segregan en cantidad suficiente, reducen las frecuencias cardíacas y causan la caída de la presión arterial, lo que es lo más importante cuando el corazón está dañado", explica el Dr. Mitrovic.
Para comprobar los resultados, comenzó a analizar sus propias reacciones al escuchar música, midiéndose la presión arterial y el latido del corazón.
“Decidí investigar si es posible controlar la música, darla al paciente como se toman medicamentos, en dos o tres dosis, y si esa música que se receta al paciente tiene efecto de medicamento”, añade el cardíologo.
Después inició las investigaciones en pacientes previamente operados de corazón, que después sufrieron un infarto cardíaco.
De este modo descubrió que ciertas composiciones tendrían el mismo efecto que los medicamentos.
Para establecer con exactitud la reacción del enfermo a la música clásica, jazz, rock, pop o folclórica, observó el movimiento de sus pupilas, un complejo mecanismo neurológico que refleja el efecto en el organismo.
Mitrovic asegura que la clave están en elaborar recopilaciones musicales específicas para cada paciente, determinando el género, la tonalidad y el tempo.
El tratamiento consiste en escuchar la selección musical dos veces al día, con una dosis mínima de 12 minutos cada una , tiempo necesario para poner en marcha los complejos mecanismos en el organismo que provocan un buen efecto.
"Lo esencial es que cada paciente tenga su música, porque cada uno reacciona a la música que le gusta y también a la que agrada a su organismo. Cada persona es una historia por sí", explica.
Cada dos o tres meses se cambian las composiciones para que los pacientes no se acostumbren y pierdan la concentración necesaria. Se usa, ante todo, la música instrumental, para evitar que las letras provoquen emociones adicionales.
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La música clásica da un efecto positivo en la mayoría de los enfermos, indistintamente de sus preferencias musicales.
La investigación abarcó 740 pacientes, divididos en dos grupos iguales, con características similares. Un grupo tenía incluida la música entre los medicamentos que tomaban.
Los controles y análisis regulares mostraron que en el grupo al que se aplicaba música hubo menos ataques cardíacos, anginas de pecho, muertes y nuevas operaciones y, también, una notable caída de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca.
El potencial de investigación es enorme y el equipo de Mitrovic, junto con gastroenterólogos, ha empezado a investigar si la música aplicada reduce la excesiva excreción de acidez que puede causar úlcera, ya que el efecto de la música discurre por el nervio vago, tanto para el estómago como para el corazón.
Fuente: EFE.
Por Monica De Haro
http://es.tendencias.yahoo.com/blogs/salud-y-bienestar/la-m%C3%BAsica-es-buena-para-curar-el-coraz%C3%B3n-163313272.html
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