El jengibre se lo utiliza como condimento culinario para bebidas y alimentos dulces y salados y como agente medicinal para diversas dolencias. Se cree que su nombre deriva de la palabra sánscrita que significa “con forma de cuerno”. Otros nombres comunes: Ancoas, Ginger.kión.
Sus orígenes
El jengibre, zingiber officinale, se origina al sudeste de Asia, especialmente al sur de China e India. En la época del imperio romano, se exportaba polvo de jengibre seco desde la India a Europa. Tras la caída del imperio romano, los mercaderes árabes controlaron el comercio del jengibre. Para los siglos XIII y XIV, se había convertido en una de las especias más importantes para el comercio junto con la pimienta negra. En ese entonces, el jengibre era un ingrediente muy solicitado en Inglaterra, al punto que el costo de una libra de jengibre equivalía al de una oveja.
En la actualidad, el jengibre se cultiva en regiones tropicales y subtropicales ya que requiere de un clima húmedo, una estación de lluvias abundantes (con precipitaciones anuales mínimas de 150 cm) y una estación seca calurosa (con temperaturas por encima de los 30ºC). China sigue siendo la región de cultivo por excelencia.
El cultivo del jengibre
El jengibre es un rizoma, un tallo grueso horizontal y subterráneo, que crece de una raíz, no de una semilla. Se selecciona un pequeño trozo de raíz que pueda llegar a crecer y se lo planta en el mes de mayo, a 15 cm de profundidad. En primavera, la planta da tallos verdes y frondosos. Estos tallos alcanzan una altura que oscila entre 30 y 100 cm y terminan en una espiga de la cual crecen pequeñas flores verdes y amarillentas. Si bien las flores son aromáticas, la parte más utilizada de la planta es el rizoma (tallos subterráneos).
Los nudosos rizomas se cosechan en noviembre, mes en el que se saca toda la raíz. De 10 kg de raíces plantadas, el peso se multiplica normalmente por diez a la hora de la cosecha. En Shandong, la provincia china de mayor producción, las raíces se almacenan en pozos de 10 m de profundidad sostenidos por cilindros de concreto. Las raíces de buena calidad se reservan para el mercado de especias frescas o para volver a plantarlas y las raíces que no están en condiciones de venderse como raíces secas se utilizan para la producción de aceite.
Diversas formas de uso del Jengibre:
Jengibre fresco El jengibre fresco (molido, machacado, rallado o cortado en trozos grandes o pequeños) es un condimento esencial para muchos platos orientales. Les otorga un sabor fresco y picante y un aroma muy sabroso. Una vez cocido, el jengibre fresco es menos picante y le da al plato un sabor más suave. El jengibre frito se utiliza tanto en la cocina china como en la hindú, por ejemplo, en frituras con poco aceite y curries.
Jengibre en vinagre El jengibre en vinagre también es un acompañamiento muy común en la gastronomía oriental. En Japón, por ejemplo, se conoce al jengibre en vinagre como “gari” y “beni shoga” y se lo consume con sushi.
Jengibre seco En Occidente, la forma tradicionalmente más común es el jengibre seco, que es más aromático y menos picante. Se lo utiliza principalmente en alimentos horneados, como galletas y panes de jengibre, budines, conservas o confituras y bebidas, incluso en refresco y cerveza de jengibre, dos bebidas refrescantes y sin alcohol muy comunes en EE.UU. y el Reino Unido respectivamente.
Gracias a la creciente aceptación de la comida étnica, el jengibre ahora puede conseguirse fácilmente tanto en Europa como en América.
El jengibre en conserva, a menudo llamado tallo de jengibre, es otra forma de consumir la especia. Por lo general se lo utiliza en pasteles y budines, pero en ocasiones se lo consume solo como un postre con un dejo picante, como es el caso del jengibre en almíbar.
Pero no sólo se utiliza en la cocina, también tiene numerosas propiedades medicinales …
El tallo contribuye a favorecer una mejor digestión, porque favorece la secreción de jugos gástricos, mejora los síntomas del reflujo gastroesofágico y elimina la pesadez posterior a una comida copiosa. Las enzimas que contiene el tallo de jengibre contribuyen a la desintegración de las proteínas permitiendo una evacuación gástrica más rápida. Incluso se utiliza para tratar las diarreas o cualquier otra alteración del tubo digestivo. Vinculado a este aspecto, previene la aparición de náuseas vinculadas a la indigestión y al movimiento intenso.
También disminuye la tos, la bronquitis respiratoria y otras infecciones del tracto respiratorio que no mejoran con otros tratamientos. Su consumo habitual permite disminuir la probabilidad de sufrir numerosas enfermedades cardíacas, evitando trombosis y ataques cardíacos. Incluso puede contribuir a eliminar cálculos en los riñones de forma rápida e indolora.
En caso de gripe, resfriado o sinusitis es aconsejable hacer una infusión con una cucharadita de raíz de jengibre seca por vaso de agua, y para potenciar su acción añadir el zumo de medio limón. Tomar dos vasos al día.
El jengibre puede ser utilizado externamente para el tratamiento de los dolores dentales y los producidos por la artritis, además de contribuir a disminuir la hinchazón que produce inflamación local,ésto es gracias a su propiedad analgésica y antiinflamatoria.
En estas situaciones el jengibre debe prepararse y ser utilizado sobre la piel para lograr los mejores resultados analgésicos. Repetir el proceso cada 6 horas.También se aconseja friccionar la zona con aceite de jengibre al que se le añadirá también aceite de almendras.
Para la artritis: Hacer una infusión con un puñado de raíz de jengibre en un litro de agua. Mojar una compresa y aplicarla bien caliente sobre la zona a tratar durante 15/20 minutos.
Se ha demostrado que el extracto de jengibre ejerce importantes efectos inhibidores del crecimiento e induce a la muerte de las células cancerosas.
¿Cómo preparar un buen té de jengibre?
Tanto para prevenir como para aliviar ante un cuadro de resfrío o disfonía o incluso las gargantas molestas o inflamadas, es oportuno reducir la congestión y mejorar el estado de las vías respiratorias altas, el té de jengibre es aconsejado desde tiempos pasados. Por ello, y para estos casos, te proponemos compartir una forma fácil de preparar una infusión con las raíces de esta planta considerada muy valiosa por sus propiedades terapéuticas.
¿Qué necesitas?
-Un trozo de jengibre (de unos tres centímetros aprox.) fresco, y en pequeñas rebanadas
-6 tazas de agua
-Tres cucharaditas de miel
-También se le puede agregar unas dos cucharadas de zumo de limón.
Preparación
-Lleva a hervir el jengibre en el agua en un recipiente al fuego.Una vez haya roto el hervor, retira.
-Agrega la miel lentamente, para que se vaya disolviendo (quizá debas remover un poco).
-Deja la mezcla reposar por unos 15 minutos.
-Retira los restos de jengibre y sirve inmediatamente. Puedes agregarle el limón, si desea.
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