El agua procedente de las profundidades de la tierra es pura y exenta de todo tipo de contaminación o de bacterias. Esta agua posee muchas propiedades para la piel, gracias no solo a su contenido en sales minerales, sino también a la presencia de oligoelementos (nutrientes minerales útiles para el organismo).
El agua termal permite calmar o curar una docena de afecciones crónicas: enfermedades del aparato digestivo, enfermedades metabólicas, enfermedades cardioarteriales, desarreglos en el crecimiento, vías respiratorias, neuralgia, etc. ¿Quieres conocer cómo esta terapia puede ayudarte?
Cura termal para enfermedades metabólicas
La cura termal suele ser prescrita para enfermedades metabólicas. En una cura termal, las virtudes del agua se utilizan para ralentizar el aumento de peso en caso de obesidad. Es en estos casos en los que el agua termal puede ser utilizada de diferentes formas: en piscina, a base de bebidas, cura de masajes o cura complementaria.
Gracias a sus beneficios tonificantes, el agua termal permite también realizar un masaje integral del cuerpo a base de chorros y de diferentes tipos de baños. Esta práctica favorece la eliminación de los tejidos grasos.
Para las personas con movilidad reducida, los cuidados se desarrollan generalmente en una piscina. El efecto falta de gravedad asiste al paciente para responder a una mejor coordinación y mayor movilidad. El agua termal también se aconseja como acompañamiento para un drenaje linfático. La piel relajada tras la eliminación de las grasas recupera su firmeza una vez sumergida en el agua.
Cura termal para tratar el eccema
El agua termal permite tratar de manera natural y en profundidad el eccema. Gracias a las propiedades antiinflamatorias y suavizantes de las aguas termales, la piel se hace más flexible y se constata rápidamente una reducción del picor. Los bebés pueden ser tratados a partir de los seis meses.
Cura termal para los problemas de ansiedad y de depresión
A veces, cuando los pacientes son resistentes o contrarios a los medicamentos y otros tratamientos de psicoterapia, una cura a base de agua termal puede ser una buena alternativa. Esta permite en el paciente obtener una reducción de la ansiedad, una relajación muscular y una reducción de los dolores. También ayuda a recuperar el sueño.
Cura termal contra las lumbalgias crónicas
La cura termal permite reducir el dolor y así mejorar la calidad de vida. Los beneficios de las aguas y de los barros termales, los cuidados de crenoterapia y las actividades de reeducación en medio acuático permiten mejorar la condición física. Con esto, además de reducir el dolor, se reduce la ingesta de medicamentos analgésicos.
Sin duda alguna, el agua termal es ideal para tratar enfermedades crónicas. Por eso, si tienes la posibilidad, no dudes en probarla. Si ya lo has hecho, cuéntanos qué resultados has obtenido.
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