Un reciente trabajo llevado a cabo por científicos del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel) y publicado en la revista Nature demuestra que los alimentos edulcorados tienen un efecto directo sobre la capacidad del cuerpo para utilizar la glucosa debido a que alteran la microbiota intestinal, es decir, la población de bacterias que se encuentra en el intestino.
No está claro si los edulcorantes artificiales no calóricos ayudan en la pérdida de peso. …Durante el experimento, los investigadores dieron a los ratones agua mezclada con los tres edulcorantes artificiales más comunes (sacarina, aspartamo y sucralosa) en las cantidades permitidas por la Agencia Estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés).
Y los resultados mostraron que los ratones que habían tomado edulcorantes artificiales desarrollaron una mayor intolerancia a la glucosa en comparación con los ratones que bebieron agua o incluso agua con azúcar.
A continuación, para descubrir el mecanismo por el cual los edulcorantes causan ese efecto negativo, los investigadores analizaron la microbiota intestinal pensando que quizás estos ejercerían su acción modificando de alguna manera la flora intestinal.
Para ellos, trataron con antibióticos a los ratones que estaban tomando el agua con edulcorantes con la intención de ‘limpiar’ la microbiota y ver qué pasaba con el aumento de azúcar en la sangre. Finalmente, se demostró que los ratones tratados con antibióticos ya no presentaron un aumento del azúcar en sangre.
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Esto viene a confirmar el carácter nocivo del edulcorante artificial para el metabolismo de los ratones, ya que a pesar de que no son absorbidos en el tracto gastrointestinal, sí que se encuentran con billones de bacterias de su microbiota, provocando cambios en dichas bacterias intestinales.
"Los resultados resaltan la importancia de la medicina personalizada y la nutrición para nuestra salud", explica Eran Segal, uno de los autores del estudio. "El análisis integrado de nuestro genoma, microbioma y hábitos alimenticios podría transformar nuestra capacidad de entender cómo los alimentos y suplementos nutricionales afectan a la salud y al riesgo de enfermedad de una persona".
No obstante, a pesar de estos resultados, no existe un consenso claro entre la comunidad científica. Algunos expertos se muestran prudentes respecto a si el microbioma humano funciona de la misma manera en humanos que en ratones y piden más investigación sobre el tema.
Peter Turnbaugh, microbiólogo de la Universidad de Harvard, afirma que "aunque es un trabajo fascinante, hay mucha más biología básica que necesita ser resuelta para apreciar plenamente los mecanismos que causan estos cambios."
Por otra parte, en declaraciones a El Mundo, Lluis Serra, investigador del CIBERobn y catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, afirma que “un gran número de trabajos científicos han señalado previamente la seguridad y los beneficios de los edulcorantes artificiales. Por lo que un único estudio como éste no cambia las cosas, máxime cuando las evidencias que muestran en humanos no confirman que se produzca una intolerancia a la glucosa”.
Por su parte, Miguel Ángel Rubio, secretario de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) declaró a El País que “la mayoría de los estudios realizados hasta el momento no han encontrado problemas para la salud por el consumo de edulcorantes en las dosis habituales”.
Asimismo destaca que en este experimento se administró a los ratones 5 miligramos por kilo de sacarina (la cantidad máxima permitida por la FDA), lo cual supondría 350 miligramos en una persona de 70 kilos; “una dosis exagerada, nadie consume estas cantidades”, concluye el experto.
Así que, de momento, seguimos sin videncias científicas irrefutables que prueben si los endulzantes son malos para el consumo humano.
De Monica De Haro |
https://es.tendencias.yahoo.com/blogs/salud-y-bienestar/%C2%BFy-si-la-sacarina-fuera-a%C3%BAn-m%C3%A1s-da%C3%B1ina-que-el-az%C3%BAcar-080404346.html
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