Un reciente estudio clínico revela que los teléfonos móviles pueden alterar la estructura y función del cerebro, incluyendo la actividad de las ondas cerebrales que están íntimamente conectadas a los procesos de cognición, estado de ánimo y conducta de las personas.
El estudio clínico, publicado en PLoS One y titulado “EEG Changes Due to Experimentally Induced 3G Mobile Phone Radiation”, ha revelado que la llamada generación 3G de tecnología móvil, provoca una alteración en la actividad de las ondas cerebrales, especialmente las ondas alfa, beta y gama.
La exposición al teléfono móvil en un uso normal, (15 minutos diarios), provoca cambios electrofisiológicos que resultaron en alteraciones medibles en casi la totalidad de la estructura de funcionamiento del cerebro.
Puesto que se cree que las ondas cerebrales codifican las reglas para el comportamiento, alterar la actividad de las ondas cerebrales podría tener considerables efectos sobre el comportamiento y la conciencia de las personas.
Lo peor del asunto es que dichos experimentos se realizaron con teléfonos 3G, pero actualmente, se están desarrollando dispositivos aún más potentes en sus emisiones de radiación, como son los de cuarta generación (4G); algunos estudios ya están demostrando que los teléfonos de cuarta generación, pueden alterar significativamente la actividad neuronal del cerebro después de tan sólo 30 minutos de exposición.

Algo que no debe extrañarle a nadie, si tenemos en cuenta, que ya en el año 2013, había 6.800 millones de suscripciones telefónicas alrededor del mundo: un inmenso negocio como para dejarlo escapar con “malas noticias”…
Visto en : El Microlector
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