Usar el ordenador, la videoconsola o el teléfono móvil antes de ir a dormir impide una buena conciliación del sueño y dificulta la atención de niños y adolescentes a la mañana siguiente, incrementando además, el riesgo de sufrir problemas neurocognitivos
Según ha determinado una investigación del Instituto del Sueño de Florida, en Estados Unidos, que ha sido presentada durante la XIV Reunión Anual de Sociedades Asociadas de Profesionales del Sueño.
"Cualquier factor que impida la calidad y la cantidad de sueño conllevará dificultades y problemas de comportamiento en el colegio", ha afirmado el doctor William Kohler, director médico del Instituto del Sueño de Florida, en Estados Unidos, que ha presentada hoy un estudio durante la XIV Reunión Anual de Sociedades Asociadas de Profesionales del Sueño.
Según los datos presentados, tener un sueño regular es el factor de predicción más consistente para determinar el desarrollo positivo en niños de cuatro años. En esta muestra, 8.000 niños realizaron pruebas de lectura, lengua y matemáticas, obteniendo puntuaciones más altas los niños que, según aseguraron sus padres, dormían de una forma regular.
Interrumpir el patrón de sueño habitual, con tecnología de por medio o no, puede alterar el ritmo circadiano del cerebro. Además, cambiar el ritmo de sueño durante el fin de semana, puede hacer más difícil irse a la cama entre semana, por lo que el doctor ha recomendado intentar mantener un horario fijo toda la semana.
Kohler ha explicado que las horas de sueño requeridas varían con la edad, pero en general, los niños de 5 años deberían dormir 11 horas, mientras que los de 9 años necesitan 10 horas y los de 14 años, sólo 9 horas.
Los padres pueden ayudar a sus hijos a determinar sus necesidades de sueño haciendo tablas con sus hábitos de sueño. Así, si el niño no está los suficientemente alerta durante el día, el tiempo de sueño se puede aumentar o disminuir de forma gradual, hasta ajustar a una rutina de sueño.
Además, para una mejor higiene del sueño, el doctor ha aconsejado mantener una rutina que prepare al cerebro para irse a dormir. De este modo, las actividades excitantes o que requieran mucha energía deberían evitar una hora antes de apagar la luz de la habitación.
Al igual que no es recomendable realizar ejercicio o tomar comidas y bebidas azucaradas o con cafeína. En cambio, beber leche, tomar un baño, lavarse los dientes, así como leer libros no estimulantes son señales que el cerebro interpretará cómo hora de irse a la cama.
En el caso de las tecnologías como ordenadores y consolas, lo mejor, según el doctor, es que estén fuera de la habitación en la que se duerme.
Asimismo, Kohler ha subrayado que la falta de sueño y los hábitos de sueño pobres están relacionados con diversos problemas de salud como obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, depresión, irratibilidad y además reducen la capacidad de la memoria y el tiempo de reacción.
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