Cuando se trata de lidiar con el estrés crónico, están los que explotan, los que hierven a fuego lento y se cocinan en él, y aquellos que simplemente lo tragan.
Si te puedes identificar con uno de estos casos, cualquiera que sea, la triste noticia es que no estás solo. Una encuesta nacional en Estados Unidos, dada a conocer hace unos años, por la Asociación Americana de Psicología encontró que un tercio de los estadounidenses viven con estrés extremo y casi la mitad dijeron que su grado de estrés había aumentado en los últimos 5 años.
Este estado crónico de estrés causa múltiples problemas de salud que pueden pasar por desapercibidos en un principio. Las hormonas del estrés provocadas durante un determinado tiempo de un evento estresante están destinadas a servir de protección, sin embargo, cuando se producen en exceso debido al estrés crónico, las mismas hormonas pueden promover el daño celular y acelerar cambios perjudiciales en el cuerpo que conducen a condiciones como la fatiga persistente, pérdida de masa ósea mineral, inflamación, desequilibrios hormonales, obnulación mental, y obesidad.
No importa cómo se experimente el estrés, es imperativo hacer algo para ayudar a aliviar el daño que el estrés crónico puede causar: ¡adaptógenos al rescate! Los adaptógenos son una clase de plantas medicinales que tienen la capacidad de ayudar a estabilizar el eje “hipotálamo-hipofisario-adrenal” y ayudar mientras se está soportando una gran cantidad de estrés en la vida diaria. Dicho de manera más simple, los adaptógenos ayudan al cuerpo a combatir el estrés mediante la reducción de la producción de las hormonas del estrés que provocan la respuesta de lucha o huida. Los adaptógenos aumentan la resistencia natural del cuerpo ante el estrés.
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